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La habitación estaba cada vez más oscura. Exhausto, con el cerebro dando vueltas a aquellas preguntas sin respuesta.

Tn extrañamente se conecto con el sueño que estaba teniendo Harry.

Soñó que lo exhibían en un zoo, dentro de una jaula con un letrero que decía «Mago menor de edad». Por entre los barrotes, la gente lo miraba con ojos asombrados mientras él yacía, débil y hambriento, sobre un jergón.

Entre la multitud veía el rostro de Dobby y le pedía ayuda a voces, pero Dobby se excusaba diciendo: «Harry Potter está seguro en este lugar, señor», y desaparecía. Luego llegaban los Dursley, y Dudley repiqueteaba los barrotes de la jaula, riéndose de él.

¡Para! - dijo Harry, sintiendo el golpeteo en su dolorida cabeza - Déjame en paz… Basta ya…, estoy intentando dormir…

Ambos abrimos los ojos. La luz de la luna brillaba por entre los barrotes de la ventana.

Tienes sueños muy extraños hermano - dice Tn soltando un suspiro.

Observé como alguien, con los ojos muy abiertos, lo miraba tras la reja: alguien con la cara llena de pecas, el pelo cobrizo y la nariz larga.

Ron Weasley estaba afuera en la ventana.

¡RON! - exclamó Harry, encaramándose a la ventana y abriéndola para poder hablar con él a través de la reja - Ron, ¿cómo has logrado…?
¿Qué…?

Baja la voz, hermano. - Tn se levanta

Harry se quedó boquiabierto al darse cuenta de lo que veía. Ron sacaba la cabeza por la ventanilla trasera de un viejo coche de color azul turquesa que estaba detenido ¡ni más ni menos que en el aire! Sonriendo a los hermanos desde los asientos delanteros, estaban Fred y George, los hermanos gemelos de Ron, que eran mayores que él.

¿Todo bien? ¿Qué ha pasado? - preguntó Ron - ¿Por qué no has contestado a mis cartas? Te he pedido unas doce veces que vinieras a mi casa a pasar unos días, y luego mi padre vino un día diciendo que te habían enviado un
apercibimiento oficial por utilizar la magia delante de los muggles.

No fui yo. Pero ¿cómo se enteró? - pregunta mi hermano

Trabaja en el Ministerio - contestó Ron - Sabes que no podemos hacer ningún conjuro fuera del colegio.

¡Tiene gracia que tú me lo digas! - repuso Harry, echando un vistazo al coche flotante.

¡Esto no cuenta! - explicó Ron - Sólo lo hemos agarrado prestado. Es de mi padre, nosotros no lo hemos encantado. Pero hacer magia delante de esos muggles con los que vives…

No he sido yo, ya te lo he dicho…, pero es demasiado largo para explicarlo ahora. Mira, puedes decir en Hogwarts que los Dursley me tienen encerrado y que no podré volver al colegio, y está claro que no puedo utilizar la magia para escapar de aquí, porque el ministro pensaría que es la segunda vez que utilizo conjuros en tres días, de forma que…

Deja de decir tonterías - dijo Ron -. Hemos venido para llevarlos a casa con nosotros.

Pero tampoco ustedes pueden utilizar la magia para sacarme… - murmura Harry

No la necesitamos - repuso Ron, señalando con la cabeza hacia los asientos delanteros y sonriendo - Recuerda a quién he traído conmigo.

Ata esto a la reja - dijo Fred, arrojándole un cabo de cuerda.

Si los Dursley se despiertan, nos matan - comentó Harry, atando la soga a uno de los barrotes. Fred aceleró el coche.

No te preocupes - dijo Fred - y apártate.

¿Potter O Snape?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora