A tu lado estoy vivo

Cada vez más confuso

EL silencio dentro de la casa de los Thornfield era abrumador. Con nuestras linternas en mano, intentábamos iluminar el desastre que el incendio había dejado. Algunos muebles estaban intactos, como si el fuego los hubiera perdonado, mientras que otros estaban completamente destruidos, reducidos a cenizas y escombros. Las paredes, ennegrecidas por el humo.

Había fotos familiares en las paredes, algunas intactas y otras medio quemadas. Una imagen de los Thornfield en un picnic me hizo recordar los días en que mi hermano mayor y yo jugábamos en esta misma sala. Solíamos correr alrededor de los muebles, riendo y gritando, mientras la señora Thornfield nos observaba con una sonrisa. Ahora, esos mismos muebles estaban cubiertos de ceniza y la risa había sido reemplazada por un silencio inquietante.

Me detuve un momento, sintiendo una mezcla de tristeza y nostalgia. A pesar de las incógnitas y el misterio que siempre había rodeado a esta casa, yo apreciaba mucho a los Thornfield. Eran como mis segundos padres, y estar aquí, explorando su hogar justo antes de su funeral, me hacía sentir un mal sabor de boca. De algún modo, aún sentía su presencia en cada rincón.

—Pueden llamarme bipolar o gallina, pero ya me estoy cagando de estar en este lugar. Aunque fue mi idea venir, el ambiente es un poco terrorífico— Dijo Oliver rompiendo el silencio. Mientras revisamos la sala.

Darla se rió y le respondió con un tono burlón—Qué irónico que tú, el de la idea principal, seas el que más miedo tiene. Ya estamos aquí, así que deberíamos continuar.

Suspiré, dándole la razón a Darla-Sí, Darla tiene razón. No podemos dar marcha atrás ahora.— Luego me volví hacia Oliver con una sonrisa sarcástica —Y tú, Oliver, ¿de verdad fuiste el que propuso la idea inicialmente?

Oliver me devolvió la sonrisa, aunque pude ver un destello de nerviosismo en sus ojos.—Sí, sí, Henry. Fui yo. Fue mi idea.

—Vaya, Oliver, ¿y desde cuándo te volviste tan valiente? ¿Fue después de que te asustaste con esa película de terror para niños?—dije con un tono burlón, lo que hizo que todos se rieran un poco.

Oliver no se quedó atrás. Señalándome con una mano mientras sostenía un libro que milagrosamente no se había consumido en el fuego, respondió.

—Claro, Henry, y tú eres el valiente que se esconde detrás del sofá cuando ve una araña.

Jessica, señalando su teléfono, interrumpió—Dejen sus peleas para niños para después. Son las seis de la tarde. Deberíamos irnos a las ocho, para estar en casa a tiempo.

—Claro, madre. Haremos lo que tú digas ¿Quieres que también nos lavemos los dientes antes de dormir?— Darla se rió y me dio un golpe en el hombro, mientras Jessica me miraba seriamente, aunque con una sonrisa divertida.

Mientras avanzábamos hacia la cocina, el olor a humo y madera quemada se hacía más intenso. Empezamos a revisar los cajones y armarios, encontrando utensilios de cocina chamuscados y platos rotos. Las paredes ennegrecidas y los restos de cenizas en el suelo nos recordaban constantemente la tragedia reciente.

Finalmente, rompí el silencio mientras abría un cajón vacío.—El funeral de los Thornfield es mañana. No puedo evitar sentir que estamos invadiendo su espacio.

Oliver me miró con seriedad y un toque de preocupación mientras examinaba una vieja foto en la pared-Henry, si te sientes tan incómodo, no tengo ningún problema en marcharnos. Y no es porque tenga miedo ni nada, bueno solo un poco, es por ti. Si me lo pides, nos vamos.

Las chicas asintieron, dándole la razón a Oliver. Negué con la cabeza.-No, ya estamos aquí. Vamos a ver qué encontramos. Pero si algo se pone raro, nos largamos, ¿entendido?