A tu lado estoy vivo

Efímero

Me senté en mi lugar habitual, observando cómo Jessica y Oliver discutían animadamente. El comedor estaba llena de estudiantes, pero sus voces se destacaban entre el bullicio.

—Entonces, en resumen—Empezó Darla, dirigiéndome una mirada—tu padre, que desapareció por todos estos años, dejándote a ti y a tus hermanos solo con tu madre para criarlos, apareció de la nada para decir que quería compartir con ustedes.

jugué con mi tenedor antes de responder—En resumen, si, eso fue básicamente lo que dijo. Como si fuera tan fácil olvidar todos estos años.

Jessica, que estaba viendo algo en su cuaderno, intervino—Mira, te conozco. ¿Le diste un golpe? ¿Saliste con tu comentario sarcástico? Aunque la verdad, quiero que hayas hecho eso.

Suspiré, recordando el encuentro incómodo—No, simplemente le dije algunas cosas, pero el resto me quedé callado.

Darla me miró con curiosidad—¿Y tu hermano? ¿Cómo se lo tomó? ¿Qué pasó?

—Es Aarón—Respondí—De los dos, es el más maduro y adulto obviamente. Así que no se lo tomó ni mal ni bien, supongo. Simplemente... normal.

Oliver me dio un pequeño toque en el hombro, intentando reconfortarme—No te comenté nada esta mañana, pero me preguntaba, ¿qué planeas hacer? ¿Vas a ignorar a tu padre? ¿Te vas a vengar de él con una broma? Porque si quieres hacer eso, cuenta conmigo.

Lo miré, sorprendido—¿Dónde quedó ese Oliver maduro de ayer que me decía que perdonar estaba bien, pero que si yo no quería perdonar, estaba en todo mi derecho y muchas cosas más?

Oliver me sonrió de lado—Aún sigo manteniendo eso. Pero si eso te hace sentir mejor, no dudes que contarás conmigo en eso.

Darla asintió.—También cuentas conmigo en eso.

Jessica se rió mientras guardaba su cuaderno en el bolso—¿No te parece raro, Henry?—Preguntó, con un tono serio pero no del todo.

La miré, confundido—¿Raro de qué?

—Con esto de que apareció de la nada justo en el proceso del incendio de los Thornfield—Explicó Jessica.

Oliver, con un tono burlesco, añadió—Y después Henry es el paranoico.

Jessica le lanzó una caja de jugo en broma, y todos nos reímos un poco—Sí, me pareció un poco raro—Admití—A Aarón y a mí nos pareció extraño que nuestro padre apareciera, pero la verdad no le dimos mucha importancia, y con este tema del incendio, Tal vez sea una triste coincidencia.

Hubo un momento de silencio hasta que Darla dijo—Bueno, saben, quería hablar un poco más, pero ¿qué más sintieron en la casa de los Thornfield, aparte de Henry tuvo un ataque esquizofrénico?

Frustrado, levanté las manos—¡No tuve un ataque esquizofrénico! Casi me lleva el diablo.

Jessica, riéndose, se acercó y me abrazó—Ay, pobre mi niño, casi lo raptan.

Oliver añadió, burlón—No es por nada, enano, pero ¿por qué el diablo te querría a ti?

—No lo sé—Respondí, sonriendo—Soy increíblemente precioso y tengo un buen sentido del humor.

Darla levantó una ceja.—¿En serio? ¿Buen sentido del humor, tú?

—Bueno, ya pasemos esa página—Dije, tratando de cambiar de tema—No tiene sentido hablar de eso. Sigan pensando que me estoy volviendo loco, porque si esta noche me jalan las patas, los culpo a ustedes.

«Si no me creen en eso menos me creerán los sueños qué he tenido»

Jessica se retiró y dejó de abrazarme—Sí, sí, claro. Pero bueno, retomando el tema, aparte de unos escalofríos horribles, que puedo explicar por el clima de la noche, no sentí nada fuera de lo común. Aparte de sonidos de pisadas por todos lados, pero me imagino que serían de ustedes. Y chicos, si queremos volver a la casa de los Thornfield, no nos separemos.