Sábado, 29 de diciembre, 2018.
Siempre asocié el silencio a paz, atribuyendo la soledad como una de las mejores sensaciones. Mi vida era un campo minado constante, la casa un tablero de buscaminas donde al mínimo traspié estallaba en mis narices: mi madre, una mujer soltera que decidió que darle hijos a los veinte al primer hombre que le profesó amor era una de las mejores ideas, lo mismo otras tres veces hasta que se transformó en un amargo ser que apenas sabe cargar con la "independencia" de su existencia y cuatro hijos menores de edad. Mi padre vivía en Japón y la relación con ambos... era complicada.
Cada día era una batalla distinta.
Diciembre solía ser mi único mes a solas. Mi madre se marchaba a otra ciudad puesto que tenía un novio... con el cual yo no me llevaba tan bien que digamos, cuando estaba pequeño vivía en casa, sin embargo no es que mi madre sea la mujer más fácil de llevar.
Se fue por ti, por tu culpa. Solía decirme.
Honestamente nada de lo que dijera me importaba, con tal de estar en paz.
Pequeñas gotas golpeaban la ventana, un día frío e invernal y la temperatura marcaba menos dos grados, incluso con la calefacción puesta sentía un leve dolor en los huesos y era culpa del clima. Miraba a través del cristal y al respirar se formaba un empañamiento contra este.
Fruncí el ceño.
Jake.
Heeeey.
¿Estás ocupado?
¿Y si nos arruchamos?
Hace frío):Negué con la cabeza, sonriendo.
Estoy ocupado.
Dile a Chris que te dé calor, pues.Jake.
JÁ, JÁ.
Chistoso.Solté una carcajada sonora. Christopher era el hermano mayor de Felix, estudiante de Medicina y parte de su propia banda de covers en canciones rock 'nd roll (como buen millenial) que solían tocar en un antiguo bar de viejos por la zona. Le atraía a Jake desde hacía años pero jamás habían tenido un acercamiento por obvias razones.
No respondí. Estaba en esos días donde valoraba la soledad más que otra cosa y recibir a alguien sería igual a un invasor.
Un espacio para mi contención, el someterme a mí mismo a un silencio sepulcral la mejor de las dichas y no quería que fuera roto, aprovechando en cuenta regresiva los días que me quedaban antes de volver a la misma miseria que llevaba por nombre "hogar".
Gracioso, el sitio donde tenía que sentirme seguro era el mismo del cuál deseaba huir con todas mis fuerzas. Pero ese era tema aparte.
Dejé el teléfono a un lado, cerrando los ojos. Me concentré en ese pequeño sonido: una y otra vez ese leve golpeteo, reposando la cabeza ahí y vibraba en todo mi cuerpo: armonía y a la vez caos, mansedumbre y mis pensamientos, el deseo de volverme uno con el momento para congelarlo y a la par, correr lejos y obtener más de aquello.
Paz...
Podrían tacharme de melancólico, pensé.
Mi pequeño embotamiento fue interrumpido por mi celular, vibró tantas veces seguidas que me hizo mirarlo un momento, creyendo que estaban llamándome para ver desde la notificación: ocho mensajes nuevos.
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Drunk Dazed « Sunsun »
Fanfic"Me volví loco, con largos intervalos de horrible cordura". -Edgar Allan Poe. ..."El amor demanda sentirse." Cuando Kim miró a Sunghoon por primera vez a los ojos, supo que había un alma allí. Mucho tiempo luego, concluyó en que existía antes de qu...