Capítulo 3

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El almuerzo llegó y ambas se dispusieron a comer mientras sabían que tenían una conversación pendiente.

- ¿Por dónde debería empezar?

- Por dónde tú quieras.

- Pues respondiendo a tu primera pregunta, debería decir que no importa de dónde vengo sino de cuándo. -Marta la miró con intriga, dejando que siga- Ya que sabes mi secreto no veo por qué no contarte todo.

- Cuéntame lo que necesites, no te sientas presionada. Lo entenderé.

- Está bien. La verdad es que no soy de esta época... yo nací en el año 1928.

- ¡¿Cómo?! Eso quiere decir que no solo puedes detener el tiempo, sino también que... Fina, tu... ¿puedes viajar en él?

- Sí, Marta. Puedo viajar en él.

- ¿Cómo es eso posible?

- No lo sé, solo lo hago.

- Pero entonces ¿Qué haces aquí?

- ...

- Fina, está bien. No tienes que decirme todo si aún no estás preparada.

- Quiero hacerlo, pero hay cosas que tendrán que esperar.

- Lo entiendo, come por favor -luego de una pausa, ella continúo- Entonces no eres de esta época... ¿Cómo haces para sobrevivir aquí? ¿tienes dónde quedarte?

- He traído algo de dinero, lo tengo en esta mochila - dijo señalando a la pequeña mochila que estaba detrás de su espalda- Al hacer los viajes no me puedo permitir traer muchas cosas. Conseguí un lugar para dormir. Pero no me quedaré por mucho tiempo – pudo notar un pequeño rastro de desilusión en la cara de Marta.

- Entiendo... ¿Por qué has venido a este año? Si se puede saber, claro.

- Pues digamos que me gusta conocer distintas épocas. Aprendo mucho.

- Y ya debes irte ¿verdad?

- Me iré, pero no ya. Antes debo averiguar algo.

- Si necesitas ayuda, solo debes pedírmelo.

- Claro, lo tendré en cuenta.

- ¿Puedo preguntarte algo más?

- Por supuesto, dime.

- ¿Cómo sabías mi nombre?

Fina se atragantó con un trozo de pollo que había en su ensalada. Marta le tendió un vaso con agua y se aseguró de que estuviera bien.

- No vayas a pensar nada malo, pero te conocí en mí primer viaje.

- ¿Cómo? Estoy segura de que ayer fue la primera vez que te vi.

- No te conocí personalmente, te vi en una gran pantalla.

- No lo entiendo, Fina.

- Cuando era una adolescente, mi madre murió por demencia senil, creo que ahora lo llaman...

- Alzheimer - interrumpió Marta.

- Sí, eso. Antes de que ella muriera deseé que el tiempo se frenara y así lo hizo. Imagina mí terror al descubrir eso.

- Puedo imaginarlo.

- La cosa no terminó ahí. Al morir el shock fue muy grande y de un momento a otro aparecí en el futuro. Fueron solo unos minutos, pero lo que vi me acompañó para siempre.

- ¿Qué fue lo que viste?

- A ti, te vi a ti -ella observaba con atención sin interrumpir- Había un edificio enorme y en él se encontraba una pantalla gigante. En ella estabas tú. "Marta De la Reina, la mujer que venció al Alzheimer"-dijo como si leyera un artículo- Decías que...

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