Capítulo 5

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Marta despertó como todas las mañanas de manera automática a las 6:30. A pesar de haberse quedado dormida en su oficina, se sentía bien, extrañamente nada le dolía. Se percató de que su silla estaba inclinada y que una cobija la protegía del frío. Inconscientemente sonrió.

- Esto debe ser obra de Fina - pensó.

Incorporándose fue a ver si su invitada seguía durmiendo. Al entrar en la habitación de huéspedes se encontró con una Fina profundamente dormida. Verla así le produjo ternura.

Fue a su cuarto y se preparó para ir a trabajar. Una vez lista, decidió dejarle un desayuno preparado junto con una nota que decía:

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Te he visto tan tranquila durmiendo, que no he querido despertarte.

Estas toledanas son para que puedas desayunar. Puedes servirte café caliente desde la cafetera.

Si necesitas algo más, puedes tomarlo, recuerda que estás en tu casa.

Este teléfono es para ti, puedes usarlo a tu antojo. Espero que sepas cómo.

De lo contrario te apunto mi número por cualquier cosa que necesites, puedes llamarme desde el teléfono fijo que se encuentra sobre la chimenea.

Volveré pronto.

MDLR
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Fina despertó a las 8 de la mañana. El hambre la estaba matando. Fue a la cocina y encontró la nota de Marta.

La leyó con atención y no pudo evitar sonreír. Se fijó en el teléfono que le había obsequiado, nunca había tenido uno, de hecho, nunca le había hecho falta. Lo miró desconcertada.

- Prefiero el teléfono fijo – pensó, ya que le era más familiar.

Desayunó a gusto y luego recorrió la casa con detenimiento.

Cada lugar parecía tener el toque de Marta. Por todos lados había cuadros, ya sean con fotos o simplemente obras de arte. Uno de ellos llamó más su atención.

En la pintura había un ángel con la mirada más azul que había visto, era muy similar a la de Marta. Los ojos de aquella criatura brillaban como nunca, con furia. Parecía querer desafiar a todo el mundo. Fina se acercó más y vio como en la esquina inferior había unas iniciales.

"MDLR"

- Marta De la Reina -pensó- Así que también eres artista...

En total observó 5 cuadros con esa firma.

Entró al despacho de su anfitriona y repasó con más detenimiento la enorme colección de libros que tenía.

-Madame Bovary- dijo tocando la portada del libro- Es mi favorito...

La mañana pasó tranquilamente y Fina ordenó todo lo que pudo. Decidió que esperaría a Marta con el almuerzo. No tenía certeza de que llegara en algún momento, pero igual lo hizo. Valía la pena.

(......)

Luego de hacer las tareas más importantes y demandantes, Marta se despidió de su secretaria.

- Carmen, eso es todo por hoy. Lo demás lo haré en casa. Puedes irte -La secretaria asintió desconcertada. Marta nunca se iba temprano, y mucho menos dos días seguidos- Espera, olvidé decirte. Necesito que me hagas llegar las carpetas con los contratos con Miranda. Las necesito para antes de las cinco de la tarde, en mi casa.

Siempre TuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora