ᴄᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ 13: ʜᴇs ʀᴇᴀʟʟʏ ʟᴏᴠᴇs ᴍᴇ

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Capítulo 13: He’s really love me

No podía engañarse. Estaba convencido de que nadie en el mundo lo deseaba tan físicamente como él; ni había alguien dispuesto a viajar la distancia que Max estaba preparado para recorrer por él monegasco. Ninguno había estudiado cada hueso de su cuerpo, tobillos, rodillas, muñecas, dedos de las manos y de los pies, nadie codiciaba cada pliegue de sus músculos, ninguno se lo llevaba a la cama cada noche y al verlo por la mañana tumbado en su escritorio junto a su asistente claramente idiota, le sonreía y cuando una sonrisa se aproximaba a sus labios pensaba: ¿sabes ya que anoche me corrí en tu boca? Max piensa que Charles está raro desde anoche, sus sonrisas fugaces son ¿Forzadas? Acaso hizo algo? Charles regresó de una junta con su “socio” y decidió dejarlo por que segun él, estaría a salvo solo.

Charles regaña a Lando por alguna razón, él solo sonríe, odia al sujeto, tiene razones? Si y demasiadas, él ve como el mocoso ve a Charles, como si quisiera comérselo nuevamente, en cierta parte no lo culpa, todo el mundo lo hace, incluso Carlos y se le hace raro ya que Carlos estuvo con Jules. Raro. Y si el sabe eso, Carlos le cuenta hasta lo que no debería, agradece su confianza, lo hacía sentir mejor por tener sentimientos hacia el hijo menor de sus jefes, ahora él es su jefe y sus sentimientos son correspondidos y si alguien le dijera que Charles Leclerc corresponde sus sentimientos le patearia el trasero por jugar con sus sentimientos.

Charles se levanta y se dirige hacia Max y Max cree que es demasiado sexi con ese traje negro a la medida, con su cabello levemente desordenado pero ordenado a la vez, ¿Hace calor o solo es el? No lo sabe.

───Termine por hoy.───Su voz suena tan sexi cuando esta cansado, sus ojos adormilados y sus músculos tensos, Max hará que se relajen.───Dile a Carlos que quiero que nos recoja, no quiero que manejes, relájate hombre.

Ambos rien, una sonrisa sexi también.

───Está bien señor…───Max recuerda que Charles dijo que no lo llamara de esa forma, que le dijera como el más guste, pero Max quiere joderlo un rato.

───Ya te dije que no me llames así───Charles bufa luego bosteza, es adorable, Max quiere cargarlo.───No estoy lo suficientemente cansado como para no follarte esta tarde…

Max jura que su pene reaccionó por sí solo, antes de que lo pensara, a puras palabras de Charles “No estoy lo suficientemente cansado como para no follarte esta tarde…” Dios, si lo quería, quería que fuera el turno de Charles.

Charles lo miró con una mezcla de cansancio y diversión, los ojos aún adormecidos pero en llamas, llamas rojas y lujuria. Sabía que Max lo hacía a propósito, que jugaba con él, y aunque fingía estar molesto, Max podía ver el leve tirón de una sonrisa que comenzaba a formarse en las comisuras de sus labios.

───Te gusta joderme la paciencia, ¿verdad?───Charles susurró, su voz ronca y suave al mismo tiempo, como si estuviera al borde de quedarse dormido pero aún así lo suficientemente alerta como para disfrutar de ese pequeño juego entre ellos.

Max se acercó más a Charles, su instinto de protector en pleno funcionamiento. Pero al mismo tiempo, no podía negar que también quería aprovechar la oportunidad para tocarlo nuevamente, Dios siempre quería tocarlo, para estar cerca de él, sentir su calor. Levantó la mano, y con suavidad, rozó los dedos de Charles, un gesto sutil que al mismo tiempo tenía un mundo de deseo detrás. Queria sus labios. Charles lo dejó hacer, sus ojos cerrándose brevemente al contacto, como si se permitiera un segundo de vulnerabilidad.

───No quiero que te esfuerces demasiado hoy, Charles. Necesitas descansar ───Max dijo, cierto él quería que ambos se poseyeran el uno al otro, lo ama, lo adora pero también piensa en las necesidades de su “amante.”───te amo si…

𝑽𝒊𝒄𝒊𝒐𝒔 𝑹𝒐𝒋𝒐 𝒇𝒖𝒆𝒈𝒐 𝑨𝒛𝒖𝒍 𝒎𝒂𝒓𝒊𝒏𝒐 || 𝑳𝒆𝒔𝒕𝒂𝒑𝒑𝒆𝒏 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora