ᴄᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ 9: ᴄᴀᴏs

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𝐂𝐀𝐏𝐈́𝐓𝐔𝐋𝐎 𝟗: 𝐂𝐀𝐎𝐒
𝟎𝟗/𝟏𝟔/𝟐𝟎𝟐𝟒
𝐓𝐄𝐎𝐑𝐈́𝐀 𝐃𝐄𝐋 𝐂𝐀𝐎𝐒


¡CAOS! Como Jules le había enseñado, no es solo desorden. Charles lo había aprendido a la fuerza, no solo por los libros que su hermano le recomendaba (le obligó a leer), sino por la vida misma. Ahora, sentado en su oficina, miraba la iluminada ciudad a través del ventanal mientras su mente repasaba las palabras que alguna vez había leído.

"El caos no es destrucción, es imprevisibilidad. Es el hecho de que cada pequeña acción puede desencadenar una serie de consecuencias que nadie, ni siquiera el más sabio, puede prever." Eso decía el libro que su hermano le había dado antes de morir. En ese entonces, a Charles le había parecido una tontería; lo había leído por obligación, no por interés. Pero ahora, el significado de aquellas palabras cobraban vida frente a él.

Recuerda el ejemplo de las alas de una mariposa, el aleteo leve que puede provocar un huracán al otro lado del mundo. Él siempre se había sentido como esa mariposa, insignificante en apariencia, pero cargando consigo un poder impredecible, un poder que ni él mismo sabía cómo manejar. Cada decisión, cada pequeño acto que llevaba a cabo, lo conducía a un desenlace que nunca podía haber anticipado. Su vida era un rompecabezas caótico, uno que parecía desmoronarse a medida que intentaba reconstruirlo, intentando redimirse. Lo estaba logrando (más o menos) Charles no se había bebido, mucho menos drogado esa semana.

Charles bajó la vista hacia los documentos en su escritorio, pero su concentración era superficial. Su mente seguía enredada en esa maraña de pensamientos. Las piezas del caos se acomodaban en su mente, como si el mismo universo le diera un vistazo al patrón oculto detrás de sus decisiones. Su relación con el alcohol, sus vicios, sus errores… y Max.

Max Verstappen. La única constante en medio de su torbellino de vida. El guardaespaldas que siempre estaba allí, firme, controlado, cuidando cada uno de sus movimientos. Y, sin embargo, a pesar de su estoica presencia, Charles sentía que Max también estaba envuelto en ese caos. Quizás, más de lo que el propio Max se daba cuenta.

Desde hacía un tiempo, Charles había notado algo que no lograba entender completamente. Cada vez que Max estaba cerca, su pulso se aceleraba, su mente se agitaba. Al principio, lo había atribuido a la seguridad que sentía con él. Max representaba control, estabilidad, todo lo que Charles había perdido y no podía ser. Pero a medida que los días pasaban, esa sensación se tornaba más intensa, más personal más calida.

Había intentado racionalizarlo. "Es solo gratitud," se repetía una y otra vez. "Es normal sentir aprecio por alguien que te salva el cuello todos los días."  o solo tal vez su posible atracción hacia el mayor, pero se golpea mentalmente ante la idea, Charles no puede estar con él por su estatus, también por que…Charles no sabe el por que, pero sabe que ese amor solo lo conducirá hacia mas dolor. Pero cada vez que Max lo miraba con esos ojos azul hielo, cuando su voz profunda le decía que todo iba a estar bien, algo en su interior se retorcía, una mezcla de deseo y miedo. Deseo de dejarse caer en esos brazos fuertes y sentir, solo por un momento, que todo estaba bajo control. Miedo de lo que eso implicaría, de cruzar una línea de la que no había vuelta atrás.

El caos de su vida no era solo externo, era interno, un reflejo de sus propias emociones desenfrenadas y locas. Charles sabía que cada vez que sucumbía a sus vicios, cuando se perdía en el alcohol o en el sexo vacío, no lo hacía solo para olvidar. Lo hacía porque, en el fondo, temía enfrentar esa otra verdad. La verdad de que no podía caer enamorado de Max.

Era una atracción que lo asustaba más que cualquier otra cosa. Era lo único que no podía controlar. Con el alcohol, podía detenerse o seguir. Con los negocios, siempre encontraba una estrategia. Pero con Max… no había plan, no había cálculo. Max era el caos encarnado en su vida, una fuerza impredecible que no podía dominar, porque Dios, Charles no controla su propia mierda, mucho menos su atracción por el rubio.

Y eso lo aterrorizaba.

Tomó el libro que Jules le había dejado, uno de los tantos que decoraban su estantería, y lo abrió por la primera página donde su hermano había dejado una nota escrita a mano:

"El caos es libertad, Charlie. No luches contra él, aprende a danzar con él."

Charles sonrió tristemente, sus dedos rozando las palabras. Jules había sido más sabio de lo que jamás le había dado crédito, entiende por que su padre lo había preferido para ser dueño de todo antes que él. La vida de Charles estaba llena de caos, pero, tal vez, era hora de dejar de resistirse. Tal vez era hora de aceptar que, después de todo, no podía escapar del caos. Y si no podía escapar, tal vez debía aprender a fluir con él.

Levantó la vista, sus pensamientos volviendo a Max una vez más. El caos no solo estaba en las pérdidas, en las tragedias, en los errores. Estaba también en las conexiones humanas, en el deseo que se arremolinaba dentro de él, en esa tensión palpable que existía entre él y Max. Y aunque Charles había hecho todo lo posible por negarlo, por huir de ello, sabía que no podría hacerlo para siempre.

Tal vez el caos que compartía con Max no era algo que debía temer. Tal vez, en lugar de seguir huyendo de lo que sentía, debía enfrentarlo, como había enfrentado tantas otras cosas en su vida.

Max entró en la oficina, interrumpiendo sus pensamientos. Estaba tan concentrado en sus papeles que no notó la entrada de su guardaespaldas hasta que sintió su presencia junto a él.

───¿Todo bien, señor?───preguntó Max, y no, nada está bien, Charles quiere, no Charles desea estar debajo de él, Charles también desea tener a Max debajo de él.

Charles levantó la mirada, sus ojos encontrando los de Max, esa conexión que siempre lo desarmaba. Quiso decir algo, pero las palabras se quedaron atrapadas en su garganta. Sabía que si decía lo que sentía, si confesaba lo que había estado reprimiendo durante poco tiempo, todo cambiaría.

Y tal vez, pensó, mientras el caos giraba en su mente, era hora de dejar que las cosas cambiarán.

𝑽𝒊𝒄𝒊𝒐𝒔 𝑹𝒐𝒋𝒐 𝒇𝒖𝒆𝒈𝒐 𝑨𝒛𝒖𝒍 𝒎𝒂𝒓𝒊𝒏𝒐 || 𝑳𝒆𝒔𝒕𝒂𝒑𝒑𝒆𝒏 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora