Para la mañana siguiente, Aspros se colocó su armadura, para poder dirigirse a la sala del patriarca.
— ¿ Reunión tan temprano ? – pregunto el gemelo menor.
— Sí, hay que concretar una estrategia para poder ir y salvar a Cid. – hablo con serenidad.
— Asumo que... Solo los caballero dorados llevarán a cabo está misión.
— Así es, tú no te preocupes prometo volver ileso, tengo una promesa que cumplir contigo. – comentó acercándose dando una suave palmada a su hombro.
Defteros se limitó a sonreír, desde pequeños siempre estuvo presente una idea en la cabeza de Aspros, convertirse en patriarca y así su hermano sería tratado más como una sombra, estaban cerca de poder lograrlo.
— bueno debo irme... Cualquier cosa avísame.
— Descuida todo está bien. Me quedaré aquí, ve, te necesitan para poder hacer el plan.
— Esperemos que algo se ocurra y funcione... Quien sabe... – se detuvo un momento y se cruzó de brazos mirando al horizonte. – Que clase de cosas este pasando capricornio.
Lejos... Lejos del santuario y cualquier sonido de vida humana, El Cid abría los ojos un poco atontado, llevo una de sus manos a su cabeza y al ver su alrededor, las paredes pintadas de un tono marrón, se dió cuenta de que no estaba en su hogar, o al menos así es como consideraba el santuario. Rápidamente se incorporó en la cama, tocó sus brazos, piernas pero no había dolor en ninguno, tampoco en su cabeza, de hecho, pareciera que hubiera tenido la mejor siesta de su vida porque se sentía completamente increíble, como sí sus fuerzas se hubieran renovado al cien por ciento.
Una loca aunque no muy tonta idea paso por su mente, rápidamente se como las caderas, espalda baja y el trasero, pero una voz inconfundible lo saco de su examinación.
— Aam... Oye, no soy una bestia de ese nivel tan bajo. – hablo Sisyphus, llevaba una bandeja en la mano.
Cid no dijo nada, simplemente miró hacia otro lado y trato de hacer como sí el castaño no estaba allí, al ver esto el otro se acercó aún así, quedando en el punto que capricornio tenía la vista, como si estuviera tratando con algo que lo atacaría en cualquier momento, dejo lo que llevaba en la mesita de noche, por un momento sus miradas de encontraron, para Sisyphus admirar esos ojos amatista era como un sueño, tan hermosos, elegantes y desafiantes, no pudo evitar dejar que una sonrisa se dibujará en sus labios, provocando que el español frunciera el entrecejo desconcertando un poco al griego, pero no lo culpaba porque sabía que debía sentirse sumamente confundido.
— Come algo. – le invitó señalando la comida sobre la mesita, ganando una mirada sin emoción. – No tiene nada malo lo juro. – esa mirada se mantenía y colo si supiera lo que pensaba aquel hombre sobre la cama le sonrió con total sinceridad. – Se que... Que el beso, fue el que te hizo dormir pero, sí no era así no podría tenerte conmigo, Cid, te prometo que nada tiene la comida.
Loa ojos azulados le veían con serenidad, Cid comenzaba a dudar su estaba siendo grosero al portarse cortante con el, bueno en realidad no le había dicho nada pero como si lo supiera este otros sagitario parecía saber lo que pensaba, girando un poco sus ojos hacia la izquierda observó lo que había allí, un tazón de sopa con un buen trozo de carne aparte que parecía bañado en alguna salsa y una limonada, realmente lucía bien, pero no podía doblegarse, no , no... Nada le haría caer en las trampas que podrían llevarlo a un desenlace trágico, puede que este hombre se hubiera portado bien pero, ¿ Hasta dónde llegaba su amabilidad realmente ?
— Sí no lo comes se va a enfriar. – habló con una sonrisa y se puso en pie. – Quizás sí, te dejo solo. – Caminó a la puerta y tras cruzarla le dió una última mirada. – provecho.
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Amado Capricornio
FanfictionEl Cid ama a Sísifo y Sísifo amaría a El Cid, sí este fuera la mujer a la que sagitario ama y un aparición repentina hará que todo se vuelva todo un drama...