Capitulo 11

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Haruto y Dalton avanzaban por los oscuros pasillos del edificio, el sonido del colapso ocasional de estructuras resonando en sus oídos. La atmósfera era pesada, y el miedo parecía palpable en cada sombra que se movía a lo lejos.

"¿Dónde podríamos encontrar algo útil?" preguntó Haruto, su voz tensa.

"No lo sé," respondió Dalton. "Pero tenemos que actuar rápido. Cada segundo cuenta."

El edificio estaba en ruinas, con pasillos bloqueados por escombros y puertas que no se abrían. La desesperación crecía con cada intento fallido de encontrar un camino seguro.

De repente, Dalton se detuvo en seco. "Escucha," dijo, señalando hacia un sonido distante que parecía provenir del fondo del pasillo.

Haruto agudizó el oído y escuchó el eco de una voz. "¿Alguien está ahí?"

Ambos se acercaron con cautela, moviéndose lentamente para evitar hacer ruido. Al llegar a una esquina, vieron una puerta entreabierta. Dalton se adelantó y empujó la puerta con cuidado.

Dentro, encontraron un pequeño botiquín de primeros auxilios y algunas herramientas médicas. "¡Aquí está!" exclamó Dalton, tomando el botiquín y revisándolo rápidamente. "Esto podría ser lo que necesitamos."

"Bien, ahora regresemos con Alex y Sofía," dijo Haruto, aliviado de haber encontrado algo útil.

Mientras retrocedían, el edificio parecía estar colapsando más rápidamente. Las luces parpadeaban y el suelo temblaba bajo sus pies. Haruto y Dalton corrían con lo que habían encontrado, intentando no tropezar con los escombros.

Al llegar a la sala de almacenamiento, encontraron a Alex y Fadri en un estado de creciente desesperación. Sofía estaba aún inconsciente, y su respiración era irregular.

"¡Aquí está!" gritó Dalton mientras entraba en la sala, el botiquín en mano. "Vamos a ver si podemos estabilizarla."

Haruto y Alex se apartaron mientras Dalton y Fadri trabajaban para aplicar las vendas y suministros médicos. Cada movimiento de Dalton era meticuloso y rápido, mientras Fadri ayudaba a sostener a Sofía en la posición correcta.

"Esto no va a ser fácil," dijo Dalton, mientras trataba de detener el sangrado. "Necesitamos que Sofía se estabilice. Sin la atención adecuada, la situación es muy grave."

Mientras tanto, el edificio continuaba temblando, y el ruido del colapso era casi constante. De repente, un estruendoso crujido sacudió la sala, haciendo que todos se miraran alarmados.

"¡No tenemos mucho tiempo!" exclamó Haruto. "Tenemos que encontrar un lugar más seguro."

"¿Pero adónde iremos?" preguntó Alex, su voz temblando. "No podemos quedarnos aquí."

"Hay una salida de emergencia en el otro extremo del edificio," dijo Dalton, intentando mantener la calma. "Podría ser nuestra única oportunidad. Necesitamos movernos ahora."

Con un esfuerzo conjunto, levantaron a Sofía, que parecía haber perdido más sangre y estaba apenas consciente. Dalton y Fadri tomaron el peso de Sofía mientras Haruto y Alex ayudaban a despejar el camino hacia la salida.

Avanzaron con rapidez, atravesando pasillos desmoronados y evitando escombros que caían. La desesperación estaba en cada paso, y el miedo era casi tangible.

Finalmente, llegaron a la salida de emergencia. La puerta estaba atascada, pero con un último esfuerzo, la empujaron y la abrieron. Un aire fresco y frío los envolvió al salir al exterior, donde la ciudad parecía sumida en un caos aún mayor.

El cielo estaba cubierto de nubes oscuras y la lluvia de sangre continuaba cayendo, mezclándose con el humo de los edificios en llamas. Haruto, Alex, Dalton, y Fadri se apresuraron a llevar a Sofía a un lugar más seguro, fuera del alcance del colapso inminente del edificio.

"¿Dónde podemos ir?" preguntó Alex, mirando a su alrededor con desesperación.

"Hay un parque cercano, se llama Parque Sefir," dijo Dalton. "Podría ser nuestra mejor opción."

Con Sofía siendo atendida con urgencia, el grupo se dirigió al parque. Aunque la lluvia de sangre seguía cayendo, el parque estaba en mejor estado que el edificio en ruinas. Encontraron un rincón relativamente seco y comenzaron a atender a Sofía con los suministros médicos que habían encontrado.

"Tranquila, Sofía. Vamos a hacer todo lo posible para ayudarte," dijo Dalton, mientras aplicaba las últimas vendas y trataba de estabilizarla.

Sofía, aunque aún débil, parecía responder a los cuidados. Su respiración comenzó a regularse un poco, y aunque seguía inconsciente, parecía estar en una condición un poco mejor.

"¿Qué pasará ahora?" preguntó Alex, mirando a Dalton con ojos llenos de incertidumbre.

"No lo sé," respondió Dalton. "Pero mientras estemos juntos y sigamos luchando, tenemos una oportunidad. No dejaremos que esto nos venza."

Mientras el grupo se acomodaba en el parque, el caos de la ciudad continuaba a su alrededor, pero al menos en ese momento, había un pequeño respiro de esperanza. A medida que la noche caía, la lluvia de sangre cesó lentamente, y el grupo se preparó para enfrentar lo que vendría al día siguiente, con Sofía recuperándose lentamente en su cuidado.

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