un astro cayendo

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Estuve danzando en círculos en un boîte.
Dónde la comida y la sed se encontraban.
Mi amigo el maestro al que llaman maître
Vimos a una doncella y sus ojos van.
Van desde los sueños de un chico errante.
Hasta sus noches que le atormentan.
Quise hablarle pero no quise ser óbice.
Se me acercó al verme nervioso, andan...
Andan a mil mi corazón al verle de frente.
Sus ojos pequeños pero sinceros, que matan
Un ígneo sentimiento en mi interior sale.
Y al poder contemplarte entendí que faltan.
Falta ser único y el último ser, último hombre.

En esta tierra para entender tu forma de amar.
Del mismo ídem que una diosa nace.
Estuviste de frente y me acariciaste la espalda.
Del tacto mi alma quedó atada a tu encanto.
Eres mi ídola, porque te admiro. llegó a pensar.
Cuántos óbolos tengo que tener, incoherente
Mis manos tensas no pueden tocar tu cara.
Sueñan con la eternidad y un único sueño
Mi ímpetu cae, y mi aire se asfixia de solo dudar
La doncella que en mis noches pensé.
Poco a poco tome el valor y cuál égida
Te invito un baile donde tú y mi mano son uno.

Lo ófrico de mis pensamientos desaparecen
Y lo ínclito de mi hazaña deslumbra.
Estos segundos ácronos donde el baile
Entre tu y yo, ilumina la oscura noche
Fusiona nuestros cuerpos y de este
Paso a ser la mejor parte de mi existente
Corazón que con el tuyo encajo perfectamente.
Haz nacido para mí como yo para ti fugazmente.
Parpadean mis ojos y pareces tan irreal.
Pienso que al contar vas a desaparecer.
Mi corazón palpita y desea abrazarte.
Te alejas sin embargo en mi quedó esa parte.
Esa ilusión él óxido de tus manos con migo.
Te vas y simplemente esperaré.

Volverás y cuando lo hagas, estaré.
Listo para bailar contigo un baile interminable.
Vuelve cuando necesites al ilustre
Al humilde paladino que llegó a iluminarse
Con la estrella más inopina de la noche.
Ese resplandor, La serendipia errante.
El fulgor ígneo de mi epifanía gerifalte.
Minutos pasan y mi vida inconclusamente.
Cuenta sus segundos y los destellos delirantes
De esa mujer de cabellos rojo, flameante.
Piel morena, amable y de mirar dulce.
El sueño de cualquier mortal tuvo un baile
Quedó conectada sus manos con un hereje
Prometo orgullosamente cuidarla sin perderme
El bello amanecer de sus color miel
Forjar una vida donde pueda yo ser.
El sol en tu atardecer.
Y aquella doncella el anocher...
Quiero que todos miren la luna elegante
En mi destino donde un eclipse.
Nos unió eternamente.

Alphabetics Poems And PropheciesWhere stories live. Discover now