Hasta el ultimo suspiro.

PROLOGO

Mudarse siempre trae consigo un torbellino de emociones, pero mi llegada a Corea del Sur fue aún más intensa. Dejar atrás Estados Unidos y el confort de mi antigua vida para enfrentar lo desconocido en un nuevo vecindario era más que un simple cambio de escenario; era el comienzo de una nueva aventura.

El primer día en nuestra nueva casa, el ruido que se filtraba desde las calles me hizo dudar de mi decisión. Motos rugiendo, risas estruendosas, y un caos juvenil que contrastaba con mi vida anterior, tranquila y ordenada. Mientras mis padres se ocupaban de los detalles de la mudanza, yo me asomé por la ventana, buscando un respiro en medio de la agitación.

Fue entonces cuando lo vi. Un grupo de chicos se agrupaba cerca de la acera, rodeado de motos que brillaban bajo el sol. En el centro de todo el bullicio, un chico llamó mi atención de inmediato. Con un casco en una mano y tatuajes visibles en el otro brazo, su presencia era magnética. Esbozó una sonrisa a sus amigos, el mundo pareció detenerse por un momento. Nuestras miradas se cruzaron y, en ese instante, mi corazón empezó a latir con una intensidad que nunca había experimentado.

Soy Aria, una chica pelirroja con pecas y ojos marrones claros. Aunque a primera vista pueda parecer tímida y reservada, mi luz interior brilla con fuerza. Mi vida en Estados Unidos estaba llena de libros, maratones de series románticas y una peculiar fascinación por las flores. Este nuevo entorno, bullicioso y vibrante, parecía tan diferente de mi mundo anterior.

No sabía entonces que este chico, con su actitud rebelde y su aura enigmática, sería el centro de una historia que transformaría mi vida de formas inesperadas. Mi mundo tranquilo iba a girar en torno a nuevas amistades, desafíos y un amor que se perfilaba con la intensidad de una motocicleta en movimiento. La pregunta que me hacía, mientras observaba su sonrisa a lo lejos, era simple: ¿Hasta dónde estaríamos dispuestos a llegar el uno por el otro? ¿Y hasta el último suspiro, valdría la pena?