Muñecos con apenas una bufanda

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Amenos, tontos, rebosando lágrimas hechas de alegría
Vista traicionera, pues nuestra mente nos mentía
La nieve caía, burlándose de la invisibilidad de la alborada
Tú y yo, esperando la llegada de la etapa tan envidiada

Éramos muñecos que, con apenas una bufanda, obviamente tiritaban
La primavera añoraban, aún así disfrutaban del frío que los quemaba
Sentimiento vil, ansias de presenciar la magia del equinoccio
Imposibilitaban nuestro andar, mis pies no helados mas llenos de ocio

Nuestro amor yacía cual agua al fondo de la cristalizada catarata
La flora moría y nuestro hogar se aferraba a su convicción sin fogata
Perfume en el aire, aroma a desilusión y el contradictorio desaire
Neumonía atípica, el hacer lucir a nuestro amor un sinónimo de fraude

Si tan sólo pudiera derretir mi corazón y el tuyo abrazar
Si sólo cerraras tus ojos y tus sentimientos dejarás volar
Ya es tarde, la llama se va apagar, justo después de arder como nunca lo hizo
Justo después de causar quemaduras de grados imposibles ya de contar

El poder de nuestro adiós, dió a luz a la primavera tan suplicada
Su fulgor ha bendecido al mundo, como si de una religión se tratara
Las flores vivieron, recuperaron su color con el precio de nuestro dolor y del humo perdido
Y la más esperada estación no es más que el ingrato hijo de un amor que ni siquiera había nacido

Instagram: @brianrojasblrc

POEMAS DE UN ADOLESCENTE SUICIDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora