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THOMAS SE SENTÓ EN LA SILLA MÁS CERCANA mientras Dakota tomaba lo necesario del gabinete.
—Ve descubriéndote el hombro. —dijo tomando lo necesario. Un trapo humedecido en agua, alcohol, gasas, y una crema para ese tipo de heridas.
Thomas hizo caso y trató de hacerlo, pero solo llegaba hasta la mitad.
—Uhm...Tenemos un problema.
—¿Qué ocurre? —preguntó caminando para sentarse frente a él.
Se miró el hombro y luego a ella, aún tratando de descubrirlo lo más que podía.
—Ah...Bueno es sencillo. Quítate la manga izquierda y ya.
Asintió indeciso y lo hizo, dejando al descubierto la parte izquierda de su torso y todo su brazo desnudo.
Thomas tenía un cuerpo atractivo. Abdominales y bíceps algo marcados que sin duda volverían loca a cualquier chica.
Pero no a ella.
Tragó saliva algo incómodo, sintiendo como sus mejillas se teñían de rosado. Lo mismo pasó con ella, pero hizo a un lado el sentimiento y limpió la sangre con cuidado.
—¿Qué hacías en el bosque? —preguntó Thomas, rompiendo el silencio.
Ella negó restándole importancia, centrada en la herida. La mordedura no había sido tan profunda, pero le había dejado una fea marca.
Thomas suspiró resignado y golpeteó su pie de arriba a abajo. Habrá tenido sus razones para estar ahí.
—Sobre la nota...—habló ahora ella.
—Oh sí, quedó pendiente.
Él asintió.
—No soy T, si eso es lo que querías saber. —respiró profundo. —Al menos no que yo recuerde.
—Está bien Thomas. —aplicó el alcohol y él se estremeció un poco. S Ella se disculpó antes de continuar. —Como decía, no hay problema. No recuerdas nada y es normal. No hay nada que podamos hacer tampoco.
—¿No habrá alguna manera de desbloquear los recuerdos? —preguntó con curiosidad.
—También me gustaría saber eso, pero al parecer no es posible.
Thomas bajó la mirada pensativo, y luego una idea surgió en su cabeza.
—¿Y si no son recuerdos en sí, sino como pequeñas sensaciones de familiaridad o deja vú...?
Se calló de inmediato pensando que se había delatado a sí mismo. Carraspeó y miró a otro lado, pero ella se detuvo y lo miró.
—¿Tú también lo sientes? —preguntó con la voz baja, como si estuvieran hablando de algo indebido. — Creí que era la única.
Thomas volvió a mirarla asombrado y asintió.
—Pensé que si se lo decía a alguien me juzgaría.
—A alguien, pero no a mí. —sonrió levemente, sintiéndose por fin con libertad de poder hablar sobre ello. Aunque ni tanta pues seguían habiendo espías en el Área.
Tomó la crema y se colocó una gotita en el dedo, para luego esparcirla en la herida.
—Me pasa desde que llegué. —prosiguió Thomas.
—¡También a mí! Pero es tan confuso y extraño...
—Lo sé. —coincidió él. —Es como algo absurdo porque se supone que borraron todos nuestros recuerdos, pero aún así estos intentan manifestarse como pequeñas sensaciones de familiaridad.
—Exacto. —afirmó ella, y luego de pensarlo preguntó. —: ¿Crees que seamos los únicos? —inquirió mirándolo a los ojos.
Él le devolvió la mirada.
—No lo sé...Pero si nadie nunca te lo ha mencionado, ni siquiera Newt o Chuck que parecen ser muy cercanos a ti, es probable que sí.
Daki se mordió el labio pensativa mientras vendaba la herida de Thomas.
Hasta que pensó en alguien más: La Novata.
Agrandó ligeramente los ojos y miró a Thomas, apartándose pues ya había terminado su trabajo.
—¡La chica! —Thomas alzó las cejas sorprendido, podía tener razón.
—En coma. —dijo Jeff de repente, sorprendiendolos con su inesperada aparición. Ambos lo miraron.
—¿Qué?
—La chica. —dijo rebuscando algo en algún cajón. —Está en coma. —repitió y exclamó un «bingo» cuando encontró lo que buscaba.
—Aguarda, ¿en coma?
—Sí. —afirmó Jeff. —Respira, sus pulsaciones son normales, pero no abre los ojos.
—Es la definición de estar en coma, Jeff.
—Oye, tú preguntaste. —Dakota rodó los ojos. —Como sea, no es nada de qué preocuparse.
—¿Saben cuándo despertará? —preguntó ahora Thomas. No pudo evitar sentirse preocupado por aquella muchacha.
Jeff sacudió la cabeza.
—Es imposible saberlo, viejo. Por ahora sólo cuidaremos de ella hasta que recobre la conciencia.
Luego de despedirse de ambos, salió de la cabaña.
Dakota se cruzó de brazos pensativa. ¿Qué le habría pasado a la chica? ¿Los Creadores la habrían enviado así o es que pasó durante el viaje?
Preguntas sin respuesta.
Se volvió hacia Thomas, quien parecía estar muy centrado en sus pensamientos, y no pudo evitar sonreír burlona.
—¿Qué? —preguntó cuando notó su mirada.
—Ya puedes colocarte la manga.
Thomas se ruborizó. Había estado tan concentrado que había olvidado que tenía medio torso descubierto.
Una vez que lo hizo, Dakota ya había terminado de volver a poner todo en su lugar.
Ambos salieron de la cabaña, compartiendo cautelosamente sus ideas sobre la recién llegada.
Hablaron sobre sus dudas y teorizaron posibles respuestas para sus preguntas.
Mientras, a lo lejos, un muchacho rubio los observaba a la vez que trataba de concentrarse en su tarea de recoger jitomates de los Jardines.
Tenía una sensación extraña en el pecho. Sabía lo que era, pero no lo admitiría.
Resopló apartando la vista y siguió en lo suyo. Pretendiendo engañarse a sí mismo de que no lo estaba.
