4: insertar título aquí

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Hyunjin no dejaba de aplaudir como foca, sus carcajadas resonando por todo el patio trasero de la casa del lago. Felix seguía grabando con el teléfono en alto, disfrutando cada segundo de la escena mientras Jisung buscaba "Tell Me" en Spotify, listo para poner la canción en cuanto Minho decidiera ponerse de pie sobre el hormiguero.

—¡No! —gritó Minho, agitando las manos en el aire, casi con desesperación. —¡Tengo alergias! ¿Recuerdan que casi me mandan al otro barrio por eso?

Seungmin resopló, divertido. —Ay, no seas tan dramática.

—Bueno... —Chan levantó una ceja, pensativo— Creo que amarrarlo a ese árbol e irnos a jugar videojuegos sí fue un poquito exagerado.

—¡Era una broma! ¡Una broma de jaja's! —Jeongin se cruzó de brazos— Yo estuve un día entero en la escuela con lasaña en los calcetines.

Minho lo miró de reojo, casi ofendido. —Eso no es nada.

Jeongin, con una expresión más oscura, murmuró— Y luego tuve que comérmela...

—¡Okay! ¡Cambio de reto! —interrumpió Changbin con una sonrisa traviesa—. ¿Qué tal si en lugar del hormiguero, Minho besa a Chan?

—¡No! —Minho se echó hacia atrás, horrorizado— ¡Ni en un millón de años!

—¡Uy, qué sensible! —Felix rió—. ¿Y qué tal si besas a Jisung?

Minho se quedó en silencio, escaneando la situación como si analizara un tablero de ajedrez. Luego, con una expresión seria pero decidida, asintió. —Está bien. Acepto.

Todos se quedaron quietos por un momento. Jisung tragó saliva, su rostro enrojeciéndose al instante. —E-Espera... —tartamudeó—. ¿Es... es en serio?

Chan levantó una mano, indignado. —¿Por qué a Jisung sí, y a mí no?

Hyunjin intervino con una sonrisa burlona. —Porque Jisung no sabría a añejo.

Chan frunció el ceño y levantó el dedo medio, lo que provocó una ola de risas en todo el grupo.

Jisung, con los ojos muy abiertos y el corazón acelerado, vio a Minho acercarse. La brisa soplaba suavemente, moviendo ligeramente el cabello de Minho, quien de repente parecía más apuesto que nunca. Su camiseta ajustada mostraba sus músculos en el momento exacto en que los rayos del sol caían sobre él, resaltando cada ángulo perfecto de su rostro. El mundo se desvaneció a su alrededor; los risueños amigos parecían ahora sombras lejanas en el fondo.

Jisung tragó saliva otra vez. ¿Qué estaba pasando? El Minho que conocía, el de las bromas pesadas y las risas, ahora parecía un protagonista de un comercial de perfumes caros. Minho siguió caminando hacia él, y cada paso se sentía como una eternidad.

Felix, sin dejar de grabar, susurró entre risas a Changbin—. ¿Qué demonios está pasando? Parece un videoclip de los 80.

Minho se detuvo justo delante de Jisung, sus ojos clavados en los de su amigo. Jisung sintió cómo su corazón empezaba a latir con una fuerza que le hacía eco en los oídos. Minho esbozó una media sonrisa, esa sonrisa pícara que a Jisung siempre le hacía perder el equilibrio.

—¿Estás listo? —preguntó Minho en un susurro bajo, tan grave que parecía resonar en el espacio entre ambos, un tono lleno de complicidad.

Jisung parpadeó, incapaz de procesar lo que estaba sucediendo. Solo asintió, con la boca ligeramente abierta y el cerebro funcionando a medio gas. No podía pensar con claridad, especialmente cuando Minho lo miraba de esa manera, con esa media sonrisa que podía derribar cualquier defensa.

Niños Grandes (skz ships)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora