LIMERENCIA IV

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Subiendo el ascensor fue muy incómodo, ya que yo estaba un poco resentida y el estaba mirando su teléfono, cuando el ascensor sonó indicando que ya había llegado a mi piso, el rompió el hielo diciendo, -¿También te quedaras en el piso 5?, a mi me parece que es esto es más que coincidencia.- Dijo sonando con un tono de burla.

- ¿No será que todo lo has planeado tú?-Dije un poco ruborizada, el solo se rió y salimos hacia nuestras habitaciones, precisamente, a la 8, la de el era la 9, justo al lado mio

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- ¿No será que todo lo has planeado tú?-
Dije un poco ruborizada, el solo se rió y salimos hacia nuestras habitaciones, precisamente, a la 8, la de el era la 9, justo al lado mio.

-Jaja, quizás lo planee, pero como no, con esa sonrisa tan encantadora.-
Dijo de forma coqueta, me ruboricé y nos despedimos, entre a mi habitación y sentía que todo había sido un sueño, su sonrisa, sus ojos, cada palabra que decía, hacia que me gustara cada vez más.

En esa tarde hice un par de llamadas a mi padre, a mi manager, pero sin dudarlo mi favorita fue la de Valentina, mi mejor amiga, ella es la más leal y siempre se alegra por mi, la última vez que hablamos fue antes de mi vuelo, tenía que contarle el cuento de hadas que había vivido hoy.

Valentina se asombró, y me felicitó, luego de un tiempo me preguntó su nombre, le dije que se llamaba Richard, ella rápidamente noto que era algo raro lo de sus escoltas, pero ninguna se decidió siquiera a buscar su apellido.

Había sido un vuelo largo y cansado, decidí ponerme ropa cómoda, ya que hacia mucho calor, y en eso me llamo mi manager y me dio la dirección de a donde tenía que ir para hacer las pruebas de vestuario y maquillaje.

Cuando baje al Lobby habían una que otras personas, pero reconocí a uno de los hombres que estaba ahí, James Rodriguez, me asombré y luego note que todos llevaban un tipo de camiseta blanca polo, con el escudo de la selección.

Iba un poco tarde así que decidí no fijarme mucho, así que cuando me voltee, volví a estrellarme con nada más y nada menos que ÉL.

-Como que ser distraída es lo tuyo, ¿No?-.

-Lo siento mucho, voy algo tarde-.
Dije muy apenada.

Cuando lo esquivé e intenté salir corriendo de ahí, me jaló de mi blusa.

-Espera, ¿A donde vas?, quieres que te acompañe, me gustaría conocerte más.-

-Tengo que ir a unas pruebas para mi sesión de fotos, y no, no te preocupes yo puedo ir sola, igual mis escoltas me acompañan.-

- Que bueno señorita, cuando vuelvas ¿Podemos tomar algo?-.

Me ruboricé como nunca y tartamudeé, parecía que no solo yo sentía una gran atracción.

-V..vale, no se si llegue tarde, igual está bien, nos vemos.- Dije un poco avergonzada.

Mi prueba estuvo demasiado bien, conocí a mi maquilladora, es un amor, y la verdad me veía muy bien.

Ya eran las 7 de la noche cuando llegue al Hotel, ya nadie estaba en la sala de entretenimiento del hotel, entonces decidí no decirle nada a Richard ni golpearle, para no verme muy intensa.

LIMERENCIA, Richard RiosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora