Sofía se quedó en el claro, el eco del nombre "Anakin" aún resonando en sus oídos. El bosque alrededor de ella parecía estar en calma, como si la partida del chico enmascarado hubiera traído un breve respiro de tranquilidad. Mientras el crepúsculo se adentraba lentamente en la noche, Sofía se inclinó sobre el libro que Anakin había dejado en sus manos. Las páginas, aún llenas de misterio, parecían esperar pacientemente a ser exploradas.
Con el corazón aún acelerado por el encuentro, Sofía se permitió un momento para respirar profundamente y recomponerse. El libro, ahora en sus manos, parecía ofrecer un rayo de esperanza y guía en este mundo desconocido. El claro en el que se encontraba tenía un aire de paz, pero también de inquietud, como si el bosque en sí mismo estuviera lleno de secretos esperando ser descubiertos.
Decidió sentarse sobre un tronco caído cerca del portal, tratando de recobrar la calma. Mientras hojeaba el libro, descubrió que las primeras palabras escritas estaban empezando a formarse, pero aún resultaban vagas y enigmáticas. La tinta dorada que emergía en las páginas parecía brillar con una luz propia, reflejando la magia del lugar.
Sofía miró a su alrededor, preguntándose qué más le depararía este mundo. Los árboles altos y las mariposas doradas eran solo el principio de un reino lleno de maravillas y, probablemente, desafíos. Las palabras de Anakin resonaban en su mente: "Aquí, los sueños pueden ser tan peligrosos como maravillosos". Su corazón se llenó de una mezcla de emoción y nerviosismo, reconociendo que estaba a punto de emprender un viaje que cambiaría su vida.
Se levantó con determinación, el libro en una mano y un impulso de curiosidad guiando sus pasos. Decidió seguir el sendero que había comenzado a explorar, con la esperanza de encontrar pistas sobre cómo volver a ver a Anakin o, al menos, entender mejor este mundo en el que había aterrizado de manera tan inesperada.
Con cada paso, el bosque parecía cobrar vida, los susurros entre los árboles y el suave crujido de las hojas bajo sus pies creaban una sinfonía única. Sofía sintió que cada rincón del Reino de los Sueños estaba lleno de promesas y enigmas, listos para ser desvelados.
A medida que avanzaba, descubrió una pequeña cabaña oculta entre los árboles, su fachada cubierta de enredaderas y flores luminosas. La cabaña parecía acogedora, y Sofía sintió una repentina oleada de esperanza. Tal vez allí encontraría respuestas o, al menos, un lugar donde pasar la noche.
Con cautela, se acercó a la puerta de la cabaña y la empujó suavemente. Al abrirse, un cálido resplandor la envolvió, y el interior parecía estar lleno de objetos antiguos y curiosidades mágicas. El espacio estaba iluminado por una luz suave y dorada que emanaba de lámparas flotantes en el aire. Estantes repletos de frascos y libros cubiertos de polvo se alineaban contra las paredes, y una chimenea en el rincón brindaba un ambiente acogedor.
Sofía entró con cautela, sus ojos recorriendo el entorno con asombro. Se acercó a una mesa en el centro de la habitación donde descansaba un globo terráqueo antiguo. Al tocarlo, el globo comenzó a girar lentamente, revelando no solo los continentes conocidos, sino también islas y reinos desconocidos que parecían brillar con un resplandor mágico.
De repente, un suave crujido la hizo girar. Una figura encapuchada apareció en la entrada de la cabaña. Sus ojos, de un verde profundo, brillaban con una luz que parecía conocer los secretos del mundo. La figura llevaba un manto largo y oscuro que fluía con elegancia a cada movimiento.
**Scarlet**, la figura encapuchada, habló con una voz melodiosa y enigmática.
—No esperaba visitantes en esta hora —dijo, con un tono de curiosidad y acogida.
Sofía, sorprendida y algo temerosa, trató de recuperar la compostura.
—Perdona, no quería intranquilizarte. Solo... encontré este lugar y pensé en descansar un momento —explicó.
**Scarlet** la miró con una mezcla de curiosidad y reconocimiento. Se acercó con pasos elegantes y se detuvo frente a Sofía.
—Este es un lugar de paz y conocimiento. Si buscas respuestas, aquí puedes encontrarlas, pero también deberás estar preparada para enfrentar las verdades que el Reino de los Sueños puede revelar.
Sofía, aliviada pero aún con muchas preguntas, miró a la figura con una mezcla de admiración y inquietud.
—Gracias por dejarme entrar. ¿Puedo preguntar tu nombre? —preguntó, su voz temblando ligeramente.
**Scarlet** sonrió detrás de su capucha, un gesto que pareció iluminar sus ojos verdes.
—Me llamo Scarlet. Y tú debes ser la que ha llegado siguiendo los ecos del libro.
Sofía sintió una oleada de alivio y gratitud al escuchar el nombre de su anfitriona.
—Sí, soy Sofía. Aún estoy tratando de entender todo esto —dijo, mostrando el libro con una expresión de confusión y esperanza.
**Scarlet** asintió, su mirada fija en el libro.
—Entonces, ven. Hay mucho que aprender y muchas historias que descubrir en este reino. Sigue el resplandor de la luz y encontrarás lo que buscas.
Sofía, sintiendo una renovada sensación de propósito, siguió a **Scarlet** hacia el interior de la cabaña, lista para desentrañar los secretos que el Reino de los Sueños tenía reservados para ella.
---

ESTÁS LEYENDO
El Eco de los Sueños Olvidados
FantasyEn el corazón de un mundo donde la realidad y los sueños se entrelazan, "El Eco de los Sueños Olvidados"es una ventana a una existencia mágica y evocadora. A través de sus páginas desgastadas y enigmáticas, este antiguo libro revela secretos perdido...