Todos los recuerdos de mis intenciones pasadas volvieron. Descubrí que dejaron de afectarme para mal. Entonces tomé la decisión definitiva. Ya no más jueguitos de escondidas y medias tintas.
Entré a la bodega que acondicioné para guardar objetos viejos, aparatos descompuestos y cosas que solo se usaban en ciertas temporadas.
Lo que buscaba se hallaba al final del pequeño cuartito. Justo en el rincón.
Terminé lleno de polvo y telarañas, pero logré sacar el baúl.
¡Qué difícil fue tener que volver a abrirlo! Los recuerdos golpean fuerte sobre tu cara cuando los dejas libres después de tanto tiempo.
Allí metí cosas de mi juventud, de mis padres, de mis hermanos… Se trataban de objetos que tenían un valor importante, como el caballito de Rogelio o la pala pequeña que mi padre usaba para meter las semillas. Rebusqué y rebusqué. Lo que pensé que sería un momento breve, se convirtió en un agridulce reencuentro.
No estaba seguro de que se encontrara ahí. Ese recuerdo había desaparecido, y por más que me esforzaba no lograba traer de vuelta el instante en el que decidí dejarlo en el mismo lugar.
Tardé más de una hora para tenerlo entre mis manos.
Jamás imaginé que volvería a verlo.
La cajita estaba maltratada, pero el anillo brilló apenas la abrí.
Dejé de pensar en él, en lo bello que era y en las ilusiones que tuve cuando lo compré. Las mismas ilusiones que volvía a tener por la misma mujer. Esperó paciente a ser liberado, y ahora por fin sería entregado a su auténtica dueña.
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Cuestión de Perspectiva, Ella © (Libro 2)
RomanceHan pasado veinte años desde la última vez que lo vi. Esteban Quiroga fue el hombre a quien lastimé cuando éramos unos jóvenes soñadores e ilusos. Todavía se me va el aliento al recordar cómo terminó todo. La muerte rondaba con su guadaña afilada po...
