Karma no era el primero en despertar en la mayoría de sus mañanas, Gakushuu era el madrugador que se levantaba a la hora impia de las 3 de la mañana para hacer las cosas a diferencia de su hora normal de despertar a las 5 de la mañana como una persona normal.
Pero en esta mañana el había despertado primero, sus ojos dorados se movieron ligeramente para observar la figura durmiente de su esposo que estaba acurrucada cerca suyo.
Karma extraño a su esposo, no se han visto por medio año, el maximo contacto que tuvieron fueron por videollamadas, muy pocas por la diferencia de horas entre Estados Unidos y Japón.
Gakushuu se tuvo que regresar por unos asuntos de su sede principal que habia sufrido ataques de alguna compañia enemiga, las autoridades de Estados Unidos tardaron en encontrar al responsable que ocasionado las explosiones que destruyeron parte de las instalaciones y dejaron a muchos trabajadores heridos, habia sido un milagro que nadie hubiera muerto.
Karma podia recordar claramente como en las primera videollamadas su esposo se veia angustiado, le hubiera gustado poder estar a su lado para calmarlo pero su trabajo como burocrata se lo impedia.
Tenia un deber que hacer aquí en Japón, no podia dejar todo para ir a Estados Unidos aunque le hubiera gustado, volvio a dormir solo, al menos lo intento las primeras noches.
Extrañaba la figura durmiente de su esposo, poder abrazarlo y susurrarle las cosas más cursis que jamás creyo poder decir, dormir solo se sentia tan frio.
Se tento en tomar un vuelo para ir a Estados Unidos cuando observo el estado de su esposo, ojeras más notorias y tenia un vendaje en la mejilla, Gakushuu del otro lado de la pantalla le explico que las cosas se habian complicado un poco pero que habian encontrado a la compañia culpable del incidente.
Mientras decia esas palabras sus dedos trazaban su herida, Karma entendio el mensaje escondido y esta seguro que la sed de sangre se podia sentir por toda su casa, Gakushuu lo regaño que se relajara y que lo entenderia mejor si buscaba en las noticias información sobre su empresa.
El rubio fresa solto un suspiro cuando observo a su esposo buscar en su telefono, el terrorista tenia suerte de estar en la carcel si no esta seguro que su esposo lo estaria cazando para matarlo por haber tratado de asesinarlo, no contaba con que supiera karate y más medios de defensa personal.
Karma recuerda claramente que ese fue el motivo por el cual Gakushuu se tuvo que quedar más tiempo, tenia que esperar para poder proceder con el juicio, fueron 3 meses de espera para sucediera, el pelirrojo siempre estuvo al pendiente en cada momento sobre lo que pasaba.
Pero ahora, Gakushuu habia regresado, el día anterior lo habia ido a recoger al aeropuerto donde lo recibio con un fuerte abrazo, examino de acerca su mejilla donde habia sido ataco meses antes, beso la pequeña cicatriz que pasaba desapercibida.
Su esposo habia regresado a Japón, regresaria a su trabajo normal de dirigir su sede del país.
Sus ojos dorados examinaron la figura duermiente de su marido, podia ver los chupetones junto a las mordidas qué le hizo la noche anterior.
Aún con esas marcas Gakushuu se veia como el ángel más puro que hubiera visto, sus palidas mejillas seguian sonrojas y su cabello estaba algo despeinado.
Karma se dio con la tarea de acomodar sus cabellos teniendo cuidado de no despertarlo, Gakushuu se empezo a mover soltando unos gruñidos.
Los ojos violetas se empezaron abrir de manera perezosa soltando un bostezo, la mirada somnolienta se dirigio hacia su esposo que tenia una sonrisita de disculpas.
"Te desperte?"
"Ya era mi hora de despertar, me sorprende que tú estes despierto" Gakushuu le murmuro sin dejar de acurrucarse cerca de su esposo.
"Tenia motivos para despertarme temprano, como ver a mi amado esposo dormir" Karma le dijo besando su frente de manera tierna.
"No seas raro, tambien te extrañe" Gakushuu le respondio moviendo su brazo para abrazar a su esposo.
"Fue dificil dormir sin ti, tuvo que abrazar una almohada las primeras noches" El rubio fresa admitio avergonzado.
Gakushuu habia regresado a Estados Unidos para resolver los problemas de su empresa y atrapar al responable que daño a sus empleados como sede, el problema que no vio venir fueron las noches sin poder dormir porque extrañaba a Karma.
Su esposo y almohada humana se habia quedado en Japón, no pudo dormir comodamente hasta que recurrio abrazar unas almohadas tratando de simular que eran su molesto marido, las almohadas no podian susurrar las palabras cursis que solo Karma podia hacer.
Se habian extrañado mutuamente y ellos lo sabian bien, la noche anterior donde se digieron tantas cosas cursis que no dirian en su día, Karma lo escucho y lo consolo cuando observo como su esposo se habia derrumando encima suyo dejando salir sus lagrimás que contuvo por meses.
"Ahora no necesitaras abrazar ninguna almohada, estoy aqui para ti Shuu"
"Extrañe demasido que me dijieras eso" Gakushuu se habia logrado mover para terminar encima de su esposo, sus suaves labios besaron con ternura la mejilla de su esposo.
"Ya deberiamos de levantarnos"
"No, yo queriero seguir aqui contigo" Karma lo atrapo en un abrazo para no dejarlo ir.
"Despues podemos seguir durmiendo, quiero preparar el desayuno"
"No, yo preparo el desayuno, hoy estamos desayunando en la cama y sin quejas Shuu"
Gakushuu resoplo con una sonrisa aceptando esas demandas, se movio para dejar ir a su esposo, sus ojos violetas observaron la figura desnuda de su esposo que buscaba su ropa.
"Aunque me gustaria un desayuno contigo desnudo no quiero que pilles un resfriado, wafles o panqueques?" Karma le pregunto lanzandole sus boxers junto a sus pantalones para que no se levantara de la cama.
"Panqueques" El respondio atrapando su ropa.
"Arándanos?"
"Tú sabes como me gusta"
"Arándanos con miel para ti, fresas con crema batida para mi anotado, ya regreso, no te atrevas a salir de la cama bella duermiente" Karma le dijo besando sus labios de manera casta dandole una caricia en su mejilla.
"No creo poder moverme por el resto de la mañana señor posesivo, eres un demonio" Gakushuu le respondio devolviendole el beso.
Sus ojos violetas observaron como la figura de su esposo se iba a preparar el desayuno, los dos habian extrañado sus mañanas juntos.
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