Mi Bellaco Amante (Noroña x Lilly Téllez)

¡¿Un escándalo de prensa?!

–¿Qué es esto, Lilly?

Con una tremenda resaca, Lilly se despertó al día siguiente, con la consternada voz de su esposo que le hacía este cuestionamiento.
–¿Qué es qué?
–Está en todos los periódicos, la tele, las redes sociales... ¿quieres explicarme qué está pasando? No regresaste con el chofer anoche. Necesito que hablemos.
Lilly, cada vez más confundida, tomó su teléfono. Lo que vio la llenó de horror. Cientos de mensajes, etiquetas en TikTok, X, Facebook, Instagram, memes, en todos los sitios de prensa, se hablaba de una serie de fotografías: ella y Noroña inclinados como en una pose de tango, casi abrazados, después de pie, él la tomaba de la cintura y ella correspondía a su gesto, sus rostros con una proximidad que semejaba un beso, ella subiéndose a su auto y yéndose juntos... Dios santísimo.
–M-mi amor, claro que tiene una explicación. Ese señor me estaba ayudando...
–Pero si tú lo odias Lilly, eso no tiene sentido.
–Tomé unas cuantas copas de más y al salir tropecé, y él me ayudó a que no cayera, es todo. Después me trajo a casa por lo que le dije ayer, de que tiene que velar por los senadores, por el senador que tienen secuestrado, ¿recuerdas?
–En esas fotos lucen muy cercanos...
–¡Pero amor, es cierto! Puedes preguntarle a quien quieras de los de la bancada, yo hasta le grité a ese hombre en la cena, me sentaron junto a él y tú bien sabes que no lo soporto. Es una casualidad, una horrible casualidad. ¡Yo nunca me acercaría tanto a ese changoleón vulgar, sabes que lo detesto!
–Eso es verdad, yo sé que no lo aguantas. No te preocupes, ya pensaremos en qué hacer. Por ahora lo importante es que no declares nada hasta que hablemos con nuestros abogados, para saber cómo manejar esto.
La besó en la frente y le dijo: –Sabía que había una explicación, tú eres una mujer intachable y decente, por eso te amo.
Cuando su marido salió de la habitación, Lilly volvió a ver las fotos. Estaba enfurecida, pero también sintió un extraño placer al verlas. De repente ya no estaba muy segura de ser tan intachable y decente.
Se tumbó en la cama una vez más, mientras no dejaba de ver las fotos. Eso sí, primero cerró la puerta y puso el seguro...

...

Noroña ya había sido avisado a tempranas horas del escándalo, y ahora trataba de abrirse paso hacia la Cámara de Senadores, entre un mar de reporteros y cámaras que lo acosaban, intentando sacar más información del chisme que en ese momento, estaba haciendo las delicias de los medios de comunicación y del público. Y es que no había sensacionalismo mayor que dos enemigos políticos, evidenciados gráficamente en una situación tan comprometedora. Hasta la prensa del corazón se encontraba presente.
A punto de cruzar las puertas de la Cámara, Noroña finalmente se volvió para declarar ante micrófonos y cámaras:
–Yo ayudé a la senadora Téllez, que se encontraba mal debido a un mareo, y como colegas era mi deber verificar que llegara con bien a su hogar. Eso es todo, señores.
Un reportero lanzó un, obviamente, malintencionado cuestionamiento:
-Senador, ¿es cierto que Lilly Téllez estaba perdida de borracha y usted se aprovechó porque le trae ganas?
De un momento a otro, Noroña estalló contra el sorprendido reportero, y le gritó:
–ESO ES UNA CALUMNIA, y gente como usted y esa señora sólo se están montando en mi popularidad. Y ahora, si me disculpan, tengo cosas que hacer.

Noroña entró a la Cámara, ante el azoro de la prensa y lo inesperado de aquel arranque. Se le conocía como alguien impulsivo y reaccionario, pero pocos podían creer lo que acababan de oír. ¿Sería posible que Noroña acababa de defender a Lilly Téllez, su adversaria declarada?

Noroña accedió rápidamente a una de las salas contiguas al pleno de la Cámara, donde pasaba el rato entre sesiones, entrevistas, etc.
Necesitaba aclarar sus ideas, y sobretodo, definir el siguiente paso para evitar que el fuego del escándalo se propagara más. Entonces, a sus espaldas escuchó una voz femenina.
–Lo estaba esperando, senador Noroña.
El hombre se volvió y ahí estaba ella, Lilly, desafiante y exasperantemente... bella.