Capítulo 7

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El regreso a clases tuvo una vibra realmente extraña, como si algo en el aire hubiera cambiado mientras yo estaba atrapado en mis pensamientos, lidiando con lo que sucedía en casa. Podía culpar fácilmente esa sensación a todo lo que estaba pasando con mi madre. Y en parte, lo era.

Los últimos días en casa habían sido tensos. Mi madre ya no era la misma, ese fin de semana de ella radiante fue el último. El consumo de pastillas para dormir se había vuelto mucho más frecuente. No sólo dormía constantemente, sino que también había comenzado a tener episodios de delirio. A veces, sus ojos se nublaban, como si no me reconociera, y su temperamento explotaba. Las explosiones de ira, que antes eran poco comunes, comenzaron a suceder con mayor frecuencia, y no solo contra mí, sino también contra Sungchan y Sion. Mis hermanos
, que ante mis ojos, eran pequeños, y traté de protegerlos como pude, pero con cada día que pasaba, se hacía más difícil.

El día que volví a la escuela, el ambiente me resultaba pesado. Era como si la oscuridad de mi hogar me hubiera seguido hasta aquí, haciendo que todo pareciera un poco más apagado, más distante. Traté de sacudir esos pensamientos mientras cruzaba los pasillos, pero la verdad es que no podía dejar de pensar en lo que ocurría en casa.

Al llegar al aula, vi a Taeyong hablando con HyoJong cerca de la puerta. La vista de ellos dos juntos, charlando animadamente, me hizo sentir una especie de alivio momentáneo. Por un instante, el mundo se sintió normal de nuevo. Decidí acercarme, pero justo cuando iba a hacerlo, ambos se dieron la vuelta y caminaron hacia el salón. Sentí un pequeño vacío en el pecho al verlos alejarse, y por un segundo, creí que HyoJong me había lanzado una mirada antes de desaparecer por la puerta. Pero probablemente sólo estaba imaginando cosas; mi mente últimamente estaba demasiado cargada.

Me senté en mi lugar habitual y traté de calmarme. Kun y Seungwan llegaron poco después, saludándome con bromas que intentaban romper mi silencio habitual. Me sentí agradecido de verlos, pero no podía evitar la sensación de que todo estaba cambiando, incluso nuestra dinámica de amigos. Ya no me sentía tan conectado como antes. Mientras Kun y Seungwan se reían de alguna broma que apenas había escuchado, noté que Taeyong y HyoJong también se sentaron cerca, pero HyoJong estaba más callado que de costumbre. Algo en su mirada me inquietaba, pero no tenía la energía para preguntarle qué le pasaba. No era el momento.

A medida que avanzaba la clase, mi mente seguía volviendo a casa, a las explosiones de mi madre, a los días en que se encerraba en su habitación, dejándome a cargo de mis hermanos sin decir una palabra. Me sentía atrapado. No había escapatoria. Y aunque estar en la escuela me daba un respiro, sabía que nada de eso podía durar.

Fue entonces cuando me di cuenta de algo. Cada vez que miraba a Taeyong, sentía algo diferente. No era solo el consuelo de estar con un amigo, no. Era algo más profundo, algo que me causaba un leve pánico al principio, pero que no podía ignorar. El miedo que sentía en casa desaparecía cuando estaba cerca de él, pero lo reemplazaba otro tipo de miedo: un miedo más íntimo, que no sabía cómo manejar.

Los sentimientos que empezaban a florecer por Taeyong no eran simples, y eso me aterraba. Ya no lo veía solo como un amigo. Me di cuenta de que mis pensamientos sobre él eran diferentes a los que tenía sobre los demás. Taeyong tenía una presencia que calmaba mi mente, que hacía que, aunque solo fuera por un momento, el caos en casa se desvaneciera. Y eso me asustaba, porque no estaba seguro de cómo manejarlo.

Al principio, intenté ignorarlo. Me convencía de que solo era confusión, de que el estrés de casa estaba nublando mi juicio. Pero cuanto más tiempo pasaba con Taeyong, más difícil era ignorar lo que estaba comenzando a sentir. Cada vez que sonreía, cada vez que nuestras miradas se cruzaban en el salón de clases o mientras hablábamos, algo en mi pecho latía más rápido.

𝘛𝘰 𝘮𝘺 𝗳𝗿𝗶𝘀𝘁 𐙚  𝑱𝒂𝒆𝒚𝒐𝒏𝒈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora