Narra Pilar.
Bajo del Uber para directamente entrar en el predio.
Mi papá me pidió que venga así después íbamos a merendar juntos, y obviamente yo no me iba a negar a venir.
Todo sea por ver a ese rochito hermoso.
Debo admitirlo, me parecen todos unos grasas y hasta aveces causan repulsión.
No juzgaba por su situación económica, sino por su forma de ser.
Esos que gritan cuando hablan, que escuchan música fuerte en la calle, los pajeros, Dios que asco.
Ojo, los chetos me caian peor , a mí me gustan los normalitos.
Pero Lisandro, Dios, que hombre.
-¿Que haces acá fea?- Pregunta Enzo frente a mí.
Otro rochito. Otro gustito culposo.
-Hola gordi, me dijo papi que venga- Sonrío saludandolo y el muerde su labio.
-Para hija de puta me calienta cuando decís papi-
-Tenes gustos medios raros vos- Enzo rie y mirando a todos lados me agarra de la cintura para llevarme a un costado -¿Que haces?-
-Hace mucho no te cojo amor, tengo unas ganas mal-
Acerca su boca a mi cuello y deja unos besos ahí mientras lleva sus manos a mi culo y lo aprieta.
-Si te ve alguien y le cuenta a mi papá te quedas sin selección - Digo separandolo un poco -Vos te fuiste a Inglaterra y me dejaste solita- Hago puchero y el ríe.
-Mira ya como estoy - Mi vista va a su entrepierna y noto un bulto en esta -Me calentas re fácil forra-
-Y pasa que soy linda viste- Para joder tengo el ego muy alto y Enzo ama eso.
Llevo mis manos a su bulto y lo aprieto un poco haciendo que muerda su labio.
-No me hagas esto hija de puta porque te cojo toda acá nomás - Advierte así que saco la mano riendo.
-Enzo te buscan - Dice apareciendo un Lisandro todo transpirado y en cuero. Ah nooooo.
Mis ojos recorren todo su cuerpo sin pudor alguno mientras muerdo mi labio haciendo que Enzo se ría.