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"Se tiño el pelo después de que nos dimos cuenta de que Enzo repetía patrones"
"Enzo buscando minas como ella y ella tiñendose de rubia, amo"
"Ahora a Enzo se lo va a ver en una de las fiestitas con una rubia acuerdense"
Antonella tirada en su cama, suelta su celular frustrada al leer la cantidad de tweets sobre ella.
No entendía por qué tuvo Enzo la necesidad de nombrarla, ahora sus redes estaban llenas de comentarios de fanáticos opinando sobre ella.
Agradecia que la mayoría sean en su favor, muchos la halagaban y aunque no quería admitirlo, la ponía bastante contenta ver que decían que ella era más linda que Valentina.
Mientras tanto, Enzo se replanteaba una y otra vez lo que estaba a punto de hacer.
Por un lado se decía a si mismo que tenía que irse de nuevo, no llegar nuevamente a su vida como si nada hubiese pasado.
Pero por otro lado no podía alejarse, no ahora que la volvió a encontrar después de 4 años.
4 años en completa agonía por no tener a la que fue su primer y único amor.
Enzo sabía que tenía en sus manos todo lo que un hombre promedio quisiera tener..
Juega profesionalmente en un club de Inglaterra, juega en la Selección de su país, tiene millones de dolares, dos hijos hermosos, una linda mujer, cualquier cantidad de mujeres a su disposición, casas, autos, fue campeón del mundo... ¿Pero de que le servia todo eso si la persona que ama no estaba a su lado?
Puede sonar hasta estúpido que Enzo se llene la boca diciendo esas cosas, ¿por qué le fuiste infiel a la mujer que supuestamente amas?
La respuesta es simple, era joven, estúpido y borracho.
Aunque para Antonella no hay excusa alguna para lo que le hizo.
La infidelidad de Enzo la había dejado completamente destruida, y eso era algo que él jugador no podía terminar de comprender.
Por lo que no lo pensó ni un segundo más y se decidió por tocar el timbre del departamento que en la puerta marcaba 307-B.
El ser famoso y millonario traía consigo muchos beneficios, entre ellos conseguir la ubicación de cualquiera.
Enzo impaciente esperaba poder verla nuevamente, sin embargo los segundos se hacían eternos.
-Andate Agustina te dije que n- Escucha la voz de Antonella a la vez que ve como ella abre la puerta quedándose callada al ver que quien se encontraba del otro lado no era su amiga.
