Capítulo 11

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Lisa sonrió y siguió mis pasos. Quitó su playera, luego su pantalón. Yo quité los aretes y las pulseras, luego mi vestido quedándome solo en ropa interior.

— ¡Trata de alcanzarme! —Le dije y comencé a correr, entrando al agua. Cuando las olas tocaron mis piernas, me quede helada. Y esa fue mi siguiente palabra. —¡Helada! ¡Dios mío esta helada!

Escuché la profunda risa de Lisa y me tomó por la cintura y me dio una vuelta mientras me daba besos cosquillosos en mi cuello.

— Vamos a helarnos juntas. —Dijo, la miré con los ojos abiertos y luego se dejó caer conmigo en sus brazos al agua. Grite al sentir toda el agua helada en mi cuerpo.

— ¡Manobal! —Grité al salir a la superficie. Lisa salió a la superficie y peinó su cabello hacia atrás. —¿Quieres calentarla?— Preguntó de inmediatamente capte el doble sentido.

—Sí. —Murmuré acercándome a ella, mis brazos rodearon su cuello y los suyos mi cadera, pegándome a ella.

Nuestros labios se juntaron en un beso suave que poco a poco se fue volviendo feroz. Sus manos fueron a mi trasero donde lo apretaron, arqueé la espalda haciendo que mis senos se pegarán a los de ella. Me elevó un poco de modo que ella tuvo que levantar la cabeza para besarme. Nos separamos y tomamos aire, luego volvimos a juntar nuestros labios. Ella me tomó de la cintura y sin aviso, nos sumergimos bajo el agua en pleno beso.

Abrí mis ojos para verla y justo en ese momento, ella también abrió sus ojos y sonreímos sin dejar de besarnos. Volví a cerrar mis ojos y segundos después sentí como otra vez me tomaba de la cintura para subirnos a la superficie. Sus manos vagaron por mi cuerpo hasta llegar a mi espalda. Desabrochó mi sostén y baje mis brazos para que me lo quitara y se perdiera en el mar. Me pegué más a Lisa e hice lo mismo con su sostén. Mis pezones estaban erectos y al hacer contacto con los de Lisa, se irguieron más.

Mordió mi labio inferior y volvimos a tomar aire para volver bajo el agua. Está vez. Lisa aprovechó para quitar mis bragas y yo para quitar su bóxer. Tres segundos después, estábamos completamente desnudas.

Volvimos a subir a la superficie y Lisa me atrajo hacía ella y por ende enrede mis piernas en su cintura, a pesar del agua sentí su miembro duro y erecto. También sentí como mi feminidad reaccionaba a sus caricias. Sus labios besaron mi cuello, mordiéndolo. Lancé un gemido y ella gruñó.

—No sabes cuánto te deseo. —Murmuró volviéndome a besar. Un tiempo después, sentí su mano acariciando mi estomago, bajando lentamente. Sabía lo que venía después.

Tres... Dos...

Sentí una punzada en mi feminidad. Me había penetrado.

— ¡Dios! ¡Lisa! —Gemí aferrándome con los brazos a su cuello y arqueándome un poco. Volví a sus labios tratando inútilmente de silenciar mis gemidos pero Lisa comenzó a moverse dentro de mí más rápido haciendo que mis gritos aumentaran.

"¿Cuándo había dejado de sentir el agua helada?" me pregunté a mí misma, y una risita se me escapo.

Pude sentir cómo Lisa sonreía en mis labios, era sorprendente. Mi primera vez en el agua. Lisa se movía más rápido y mi respiración se había agitado aún más. Sentía que el máximo placer llegaba y así era. No solo para mí. Ella comenzó a moverse aún más rápido y sentí mi cuerpo temblar.

— ¡Lisa! ¡Más rápido! ¡Oh, Manobal! — Grité sintiendo el orgasmo. Lisa me besó ocultando sus gemidos y luego sentí su eyaculación en mí. Dejé caer mi cabeza en su hombro, su pecho estaba agitado y podría jurar que escuchaba el latir de su corazón.

—Ha sido perfecto, tú has sido perfecta. — Dijo acariciando mi espalda. Sonreí sin mirarla. Suspiré satisfecha. Me sentía la mujer más feliz del mundo. Teniendo a mi todo: Ella. Porque había descubierto que ahora mi mundo, giraba en torno a ella. Solo a ella.

Sexo secreto (Jenlisa Gip)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora