𝘾𝘼𝙋𝙄𝙏𝙐𝙇𝙊 13

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Querido Cupido

"Sanando un corazón afligido"



[...]


Auténtica I.

En medio de mi habitación, mientras No. 10 y Perla nos observaban, los ojos del cupido no se quitaban de los míos, tratando de buscar la respuesta de su pregunta. Pensé con cabeza fría para decir algo inteligente... pero lo único que se me ocurrió responder, fue una mentira.

"Hablaba con una amiga...", mencioné despreocupada.

Tenía una buena razón; no quería que empezara con su interrogatorio para conseguirme novio. Él no cambió su rostro y me respondió: "Pues tu amiga parece muy graciosa, ¿quién es?", preguntó con curiosidad, asomándose para intentar ver mi pantalla con la conversación.

Quité el teléfono y lo apagué rápidamente, era un reflejo que aprendí cuando mi mamá quería revisar con quién hablaba cuando era muy tarde. Hubo un silencio por parte del zorro al observar mi comportamiento y frunció su ceño.

"No la conoces", aclaré con cierto fastidio por su imprudencia.

"Sospechoso... ", susurró sin quitarme la mirada de encima.

Nisiquiera sabía porqué le estaba dando explicaciones; no las merecía, así que una vena se saltó en mi frente cuando mi paciencia comenzó a flaquear. "Eres un chismoso de primera", dije mientras le pegaba un almohadazo que el zorro alcanzó a esquivar.

"¡Oye! Eso es agresión; te recuerdo el contrato", fingió drama mientras señalaba la almohada. Ese zorro siempre buscaba la manera de colmar mi paciencia de forma inesperada.

Obviamente lo observé sin ningún tipo de arrepentimiento, No. 10 solo nos miraba como si ya estuviera acostumbrado a nuestras discusiones. "Ya vete, hoy te tocan las rondas a ti", ordené de manera severa, provocando que esa sonrisa de suficiencia se borrara de su rostro drásticamente.

"Espera, todavía es muy pronto", murmuró con sudor en la frente. Parece que esta vez utilicé un argumento ganador. Sin embargo, no estaba dispuesta a ceder, "¡No. 10, sácalo de aquí como él hizo contigo ayer!", le indiqué a su compañero, y este asintió.

——A sus órdenesmencionó, juntando sus puños con malicia. El zorro lo miró indignado. "Traidor", le acusó, pero eso no detuvo a No. 10.

Con agilidad, lo agarró de un ala y lo sacó por la ventana. Para evitar que entrara la cerró rápidamente, haciendo que el zorro se golpeara con el vidrio. Me quedé carcajeando un rato por la cara del cupido, tenía su frente enrojecida por el impacto.

"Bien hecho", le felicité, el zorro solo se quedó haciendo pucheros hasta que se marchó para vigilar. Cuando ya el ambiente se tranquilizó, me acosté junto a Perla en mi cama; lista para dormir. Reflexioné sobre el día tan extraño que había tenido y la verdad...

No había sido un día tan malo.



[...]




Bostecé cuando la alarma sonó y me levanté para estirar los brazos. Perla se estremeció por mis movimientos y, emocionada al verme despierta, se subió a mi camisa para lamerme las mejillas. "¡Ay! mi preciosa, no puedes ser más linda", exclamé con un leve sonrojo, estaba realmente conmovida.

𝙌𝙪𝙚𝙧𝙞𝙙𝙤 𝘾𝙪𝙥𝙞𝙙𝙤 - Soshiro HoshinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora