𝐏𝐑Ó𝐋𝐎𝐆𝐎 (3/3)

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Querido Cupido - Soshiro Hoshina

"En busca de un corazón afligido"




[...]



Conocer o sentir.

El No. 10 y yo respirábamos agitados después del recorrido apresurado que tuvimos, nos detuvimos justo en una esquina; aún era de noche. Lo que nos acababa de suceder había sido otro de los momentos más irónicos que nos habían pasado en menos de 24 horas.

"¿Quién es esa hembra?", mencionó el kaiju apenas en un susurro. "Tiene un carácter más fuerte que el tuyo", añadió, aún con la respiración agitada. Me detuve un momento para pensar en lo que acababa de decir. "Oye, yo soy una persona pacífica y tranquila", aseguré indignado.

"Sí, claro, lo que tú digas... ", respondió haciendo una mueca que no coincidía con sus palabras.

"¡Oye! Te recuerdo que te salvé el trasero", dije, y él se tensó. "A todas estas... hay algo que me ha causado curiosidad desde que esa kaiju nos atacó", continué, poniéndome delante de él con la intención de cuestionarlo.

"Se puede saber...", dije irritado, "¿Por qué un kaiju como tú, que siempre quería pelear, últimamente es un completo cobarde?", cuestioné. "Esa cosa solo era un gato, debía ser pan comido para ti", le regañé, acusándolo con el dedo.

Un silencio prolongado se hizo presente y el kaiju miró nervioso a otro lugar, como si quisiera esquivar mi mirada.

"Es cierto, yo no le tenía miedo a nada... ", murmuró. "... Pero eso era antes de que te protegiera de ese impacto", continuó, y se veía ansiedad en su rostro. "Desde que estoy así de pequeño no tengo la misma fuerza de antes y perdí mis habilidades como kaiju", confesó.

"No quería aceptarlo, pero esa es la verdad", exclamó con decepción en su rostro.

Me quedé en silencio escuchándolo... Eso explicaba su comportamiento. Ciertamente, yo también sentía mi cuerpo más extraño, como si tuviera la misma fuerza de cuando era un niño.

Esto era muy irreal.

Sin embargo, su discurso no terminó allí: "Pero tú también has sido cobarde delante de esa mujer", me acusó. No teníamos ni 30 minutos de habernos reconciliado y ya quería patearlo.

"¡Eres un desagradecido! ¡Recibí este arañazo por tu culpa!", le señalé mi mejilla. Esa mujer realmente tenía una fuerza inusual; hasta sentía que me podía salir un chichón en ese lugar.

El kaiju se puso aún más nervioso, "Bueno, ¡lo siento! Es que no me gusta cuando me cuestionas así", dijo y soltó un puchero. Es astuto cuando quiere.

"¡Ah!", suspiré. "Pues lamento dar en tu punto sensible, fortachón", dije sarcástico. No puedo creer que algún día vería esta faceta vulnerable de él. Después de que hayamos peleado a muerte en el pasado...

El kaiju se dedicó a responderme: "Solo han pasado muchas cosas y todavía no lo asimilo, dame tiempo para ello", reflexionó preocupado. Sabía a lo que se refería... De hecho, mi actitud hacia él se debía a que, de alguna manera quería olvidar, pensar que me encontraba en una simple pesadilla y despertar.

Pero eso no era lo que iba a pasar, ¿verdad?

No podía evitar pensar que el tiempo era limitado. "Te prometo que encontraré la manera de serte útil", dijo mi compañero kaiju con tristeza. Eso me recordó a cuando le llamé inservible y comprendí de inmediato lo que lo estaba molestando últimamente.

𝙌𝙪𝙚𝙧𝙞𝙙𝙤 𝘾𝙪𝙥𝙞𝙙𝙤 - Soshiro HoshinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora