𝘾𝘼𝙋𝙄𝙏𝙐𝙇𝙊 10

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Querido Cupido

"Sanando un corazón afligido"



[...]


Uno porciento II.

Yo solía tener presentimientos equivocados, sin embargo, sentir varios presentimientos al mismo tiempo no era casualidad. Durante mi rutina, una extraña sensación de ser observada me invadía y según la declaración de No. 10, el verdadero origen estaba más que claro.

——Humana, creo que querían pelear contigo—— mencionó mientras trataba de deducir, volando cerca de mi rostro. ——Yo también quisiera retarte—— propuso con cierta emoción mientras movía su cola, su comentario me dejó incrédula...

¿Porqué quería retar a una chica como yo?, me pregunté mentalmente.

El zorro le dio un sape y lo reprendió por su imprudencia, "No. 10, deja de pensar en pelear, ¡Por favor!", lo regañó con un tono de exasperación, provocando cierta sorpresa en la esfera mientras acariciaba su cabeza.

Estos chicos eran un caso perdido.

Miré con gracia a No. 10, pensando en lo que creyó de la situación, "Pues... No creo que se acercaron a mí para pelear, respecto a lo que hice... solo me defendí", le expliqué, tratando de calmar la situación mientras observaba su expresión anonadada.

"Además, no podría lastimarte... me sentiría muy mal", mencioné acariciándole la cabeza, justo donde el zorro le pegó.

Yo intentaba suavizar el ambiente, pero sentí cómo su cuerpo se estremecía bajo mis dedos y sonreí. Luego él habló: ——Estuviste increíble allí confesó, algo que hizo que mi rostro se avergonzara ligeramente. Su ojo brillaba con admiración y no pude evitar sentirme orgullosa.


No. 10 era realmente tierno.


Sin embargo nuestra interacción fue interrumpida por nuestro acompañante: "Ya basta, No. 10...", le regañó el zorro; alejándolo de mí mientras lo agarraba del ala. Después de que lo quitó se puso frente a mí para mirarme con seriedad. "Oye, te propongo algo... ", mencionó de mala gana, sin ningún tipo de respeto.

Y ahí estaba de nuevo, espero que no sea una de sus bromas.

"Te escucho...", respondí intrigada y un poco nerviosa por su cambio repentino. Él levantó sus dedos y me dedicó una sonrisa juguetona, "Si lo deseas, podemos hacer rondas para estar seguros", ofreció el zorro, pero su tono se volvió más serio de inmediato:


"Esos hombres... Creo que te tenían en la mira hace tiempo", mencionó con una firmeza que hizo que la tensión acumulada en mí creciera.


Sentí un escalofrío recorrer mi cuerpo cuando sus ojos se encontraron con los míos, intentando descifrar mis pensamientos... La determinación en su mirada era inquietante. "¿Rondas? ¿Te refieres a patrullar?", pregunté, mientras trataba de entender mejor su propuesta.

"Sí, exactamente... ", respondió el zorro, su tono de voz estaba cargado de cautela. "... No podemos permitir que te hagan daño... Debes cumplir tu parte del contrato," añadió y asentí con un poco de comprensión. "No. 10 y yo nos turnaremos para vigilar," aclaró, y su compañero asintió en silencio.

𝙌𝙪𝙚𝙧𝙞𝙙𝙤 𝘾𝙪𝙥𝙞𝙙𝙤 - Soshiro HoshinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora