Querido Cupido
"Sana mi corazón afligido"
[...]
Silencio.
Desde pequeña, siempre soñé con conocer a los muñecos de fantasía que animaban en la televisión. Pensaba que sería divertido vivir una experiencia con ellos, aunque fuera solo por un día. Pero eso era cuando era niña. Ahora, como adulta, solo puedo describir esa experiencia con una frase: La peor experiencia de mi vida.
"Cuando dijiste tiempo...", comencé, haciendo una pausa mientras caminaba irritada. "¡Creí que te referías a reflexionar sola!", exclamé, mirándolo directamente. "¡Esto no es darme tiempo para pensar!", grité furiosa.
Ahí estaba yo, caminando hacia la universidad, agotada por mis pequeños acosadores. Ellos solo me miraban con una gota de sudor en la frente. La esfera parecía seguirme a regañadientes, mientras que el zorro era el que realmente me molestaba.
Obviamente, mi enojo iba dirigido hacia él. "¿Por qué lo dices como si solo yo te incomodara?", me cuestionó, señalando a la esfera roja.
"¿Por qué lo crees?", respondí con obviedad. "Él es más callado que tú. No has parado de hablar desde que te pegué por asustarme así", dije, sintiendo un ligero dolor de cabeza. La esfera roja solo se señaló a sí mismo, confundido por mi declaración, pero mantuvo silencio mientras el hibrido y yo discutíamos.
"Todavía me duele", dijo el mini zorro, tocándose la espalda y haciendo una mueca de dolor.
Lo miré neutral, rascándome la cabeza con desesperación. "Era muy temprano para empezar a molestarme", mencioné con cansancio. "Te lo merecías", sentencié enojada, recordando que tenía que reorganizar mis pendientes al llegar.
"Te voy a demandar por maltrato", dijo, sintiendo escalofríos por mi aura. La presencia de ese zorro atormentaba mi paz; no dejaba de seguirme y observar todo lo que hacía.
Me detuve, resignada a la idea de que no tendría más opción que escucharlos. "Bueno, ¿sería maltrato animal o paranormal? Espero que la condena se cumpla pronto", dije con sarcasmo, cruzando los brazos.
"Muy graciosa, por eso me agradas", respondió él, imitando mi tono sarcástico mientras fingía una sonrisa y levantaba un dedo.
Lo miré con aburrimiento, harta de esta conversación. "¿Por qué me sigues? Esto es realmente incómodo", dije, indignada, dirigiéndome al mini ángel. Él se quedó pensando unos segundos, mientras mi cara de disgusto se hacía más evidente.
"Estoy esperando que tomes tu decisión", me recordó con calma.
Suspiré, dejando escapar todo el cansancio acumulado de esta situación. No había podido dormir bien, tenía que hacer unas presentaciones hoy pero no estaba preparada, mis pendientes estaban desorganizados y tenía una larga lista de cosas por mencionar.
"¿Sabes lo que es no poder dormir por culpa de unas criaturas acosadoras?", murmuré, más para mí misma que para él. "Esto no es justo", declaré para ambos. La esfera roja solo se escudo en el mini zorro.
"Solo quiero asegurarme que lo estés pensando", respondió, refiriéndose a su propuesta de la noche anterior.
Dios, hoy pensaba ir tranquila a mi universidad.

ESTÁS LEYENDO
𝙌𝙪𝙚𝙧𝙞𝙙𝙤 𝘾𝙪𝙥𝙞𝙙𝙤 - Soshiro Hoshina
أدب الهواة𝘈 𝘷𝘦𝘤𝘦𝘴, 𝘭𝘢𝘴 𝘱𝘦𝘴𝘢𝘥𝘪𝘭𝘭𝘢𝘴 𝘴𝘦 𝘤𝘰𝘯𝘷𝘪𝘦𝘳𝘵𝘦𝘯 𝘦𝘯 𝘦𝘭 𝘮𝘦𝘫𝘰𝘳 𝘤𝘰𝘯𝘴𝘶𝘦𝘭𝘰 𝘺 𝘦𝘭 ú𝘯𝘪𝘤𝘰 𝘳𝘦𝘧𝘶𝘨𝘪𝘰. 𝘌𝘴𝘵𝘰 𝘦𝘴 𝘢𝘴í 𝘱𝘰𝘳𝘲𝘶𝘦 𝘭𝘢 𝘭𝘶𝘤𝘪𝘥𝘦𝘻 𝘱𝘶𝘦𝘥𝘦 𝘢𝘤𝘢𝘣𝘢𝘳 𝘤𝘰𝘯 𝘭𝘰𝘴 𝘱𝘰𝘤𝘰𝘴 𝘪𝘯𝘥...