𝐊𝐈𝐍𝐆 𝐎𝐅 𝐌𝐘 𝐇𝐄𝐀𝐑𝐓 -Jude Bellingham

08; sonrisas y lagrimas.

Mientras me retiraba el rímel que llevaba, el espejo me devolvía mi propia mirada. Aquella mirada que Denise Bellingham había definido como "triste". Me quedo mirando mi reflejo, intentando ver si lo que esa mujer veía en mi era verdad o no. Era obvio que no era el mejor momento de mi vida, pero también sentía que estaba progresando mucho, mejorando día a día.

Mi móvil se ilumina mostrando las 00:00 del 26 de agosto. Suspiro apoyándome en el lavabo, para mi este era el peor día del año con diferencia. Hoy mi madre habría cumplido 52 años. Recuerdo que cuando éramos pequeñas, no teníamos muchos recursos pero mi madre intentaba hacer esfuerzos en fechas especiales. Jamás la vi comprarse ropa nueva, pero jamas me faltó un regalo en Navidades o en mi cumpleaños.

De tan solo recordarla, las lágrimas empiezan a brotar de mis ojos, resbalando por mis mejillas sin cesar. Nos había criado ella sola, sin la ayuda de mi padre (si es que puede recibir ese nombre). Se fue de casa cuando yo solo tenía 2 años y no le daba a mi madre ningún tipo de ayuda económica. De vez en cuando aparecía, mi madre le abría las puertas de nuestra casa y pasaba alguna temporada con nosotras. Nos llevaba al colegio, íbamos al parque, nos compraba juguetes y recuerdo como nos llevaba al Bernabéu cada fin de semana. Pero estos momentos de alegría duraban un par de semanas, después volvían los gritos, los golpes, los llantos de mi madre, los abrazos de mi hermana tapándome los oídos cuando nos escondíamos debajo de la cama.

Cuando yo tenía 10 años, le detectaron cáncer. Y ahí sí que no volví a ver a mi padre. Jamas se acercó a ver como estaba mi madre, no nos ayudó a llevarla al hospital cuando no podía ni moverse, no vino al funeral. Por un lado, agradezco que tuviese la decencia de dejarla vivir sus últimos años en paz y que la dejase luchar contra la enfermedad sin interponerse entre nosotras. Pero una parte de mi siente que si no hubiese sufrido tanto durante su vida, habría tenido fuerzas para luchar un poco más, para curarse. Seguiría con nosotras, vería lo feliz que es Luz, estaría orgullosa del hombre que está al lado de su hija mayor y podríamos pasar este día todos en casa.

Las lágrimas siguen cayendo con fuerza, nublando mi visión en el espejo pero aún así me dejan ver que Denise tenía razón. Tengo una mirada triste, está bastante bien ocultada pero a veces me sale. En días como hoy, en los que el dolor y la tristeza son tan fuertes no quería ocultar esa mirada. Sentía que esta tristeza me seguía conectando con ella, mientras siga sintiéndome así en estas fechas, seguirías estando presente en mi vida.

Luz y Brahim han salido a cenar así que estoy sola en la casa. Brahim intenta distraer a mi hermana en estas fechas y me había propuesto ir a cenar también pero me había negado. Mañana los jugadores tenían día libre así que ellos tienen planes. Yo iré a comer con Almudena y el resto del día estaré en casa, no me apetece hacer nada más.

Bajo a la cocina y me pongo un vaso de agua. Justo en ese momento me llega un mensaje que para mi sorpresa es de Jude.

Jude
Brahim me da dicho que hoy en un día complicado para ti y tu hermana. No quiero que lo pases sola.
Te apetece que vayamos a comer?

Maldigo mentalmente a Brahim por contárselo a Jude. Sabía que lo había hecho por mi bien y porque no iba a soportar saber que me pasaba este día sola pero es que en realidad era lo que más me apetecía.

Claudia
Gracias por preocuparte, en serio
Pero he quedado a comer con Almu
Gracias de verdad ❤️

Jude
Pues entonces a cenar
No voy a aceptar un no por respuesta
Mañana te recojo a las 21 😉
Denscansa, sunset

Me doy cuenta que no tengo alternativa y vuelvo a mi habitación. Con los ojos ya cansados tras la suma del cansancio del día y del llanto, me tumbo en la cama. Conecto mis cascos y pongo una playlist que hice hace tiempo con canciones que me recuerdan a mi infancia (si, soy ese tipo de chica que tiene una playlist para absolutamente todo).