5. Estrés

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- ¿Con que lo hiciste, eh? - Apoyó uno de
sus brazos en un asteroide. -Aunque.. piénsalo bien, no importa si se la metiste o no, nunca te va a amar. La verdad es que eres un idiota, la violaste, así solo te va a odiar más. -

- Cierra la boca. - Miró uno de los mechones de pelo celestes que tenía en su mano. Aprenderá a hacerlo, me la llevaré conmigo. -

- Si, claro ¿Y cómo lo harás? Sabes que ahora que está esperando a tu hijo sus amigos no se le despegarán. -

- Una vez que me vengue de Júpiter y Saturno, ya verás como. -

Sedna solo se burló de él, recordándole lo estúpido que era.
















No tenía ganas de comer, no tenía ganas de pintar, no tenía ganas de ir a buscar a Neptuno, no quería hacer nada.

Se estaba alimentando mal, y eso preocupaba a Saturno. Urano haría todo el daño posible al bebé que está dentro suyo. Era más que obvio, no se cuidaría, es por eso que Júpiter le dejó ese trabajo al último planeta, Neptuno.

Lo olvidó, tenía que hacer un dibujo de Guillermo, el asteroide que su amigo cree que tiene vida. Tal vez en un rato, estaba siendo jodido por sus mareos.

Se sentía mal, se sentía sucio. ¿Por qué X lo hacía sufrir, si se supone que lo amaba? Tenía miedo de que volviera, ni siquiera sabe dónde está el tridente de Neptuno, con el que el antes mencionado lo defendía.

Ya no quería sufrir con este embarazo, ni con la carga de que fue violado. Lloró en silencio, y eso es lo que pasa tan constantemente, llora y llora, sin que nadie esté para él.

Titania se dirigía hacía su órbita, armada de valor para hablar con su planeta y arreglar las cosas, vió aquella escena, su planeta llorando ¿Qué era lo que lo estaba haciendo llorar?

Mientras cada vez se acercaba más, veía su rostro con ojeras, además de que estaba despeinado. Se sentía culpable por haberlo dejado solo. Urano se dió cuenta de su presencia e inmediatamente se acercó a ella, feliz por su reaparición.

- ¡Titania! Yo en serio lo siento, lo juro.. por favor no me dejes.. ¿Dónde están las demás? ¿Por qué viniste sola? ¿No te hicieron ni te pasó nada verdad? ¿Ni a ellas ni a Oberón? - Estaba preocupado, ya que solo vino su luna más grande.

- Urano.. - Lo miró a los ojos, estaba en un mal estado. - Perdóname a mí, por dejarte solo. Supongo que exageré o exageramos un poco con el tema de la broma, yo solo estaba asustada porque tú nunca dices esas cosas, sobre todo porque eres increíblemente más grande que nosotras. No somos nada comparado contigo. -

- No te disculpes, la culpa es mía, no debí bromear con un tema tan delicado, no quería que pasara esto. Ustedes son lo que más amo en esta vida, prometo que no volveré a actuar así porque estuvo mal.. - Aún se ponía más sentimental.

Conversaron un rato, para finalizar aquel malentendido que tuvieron, para volver a la normalidad, o por lo menos esa parte. Finalmente habían arreglado las cosas, algo así.

- En un rato iré a buscar a las demás. Yo... Te he visto llorando, ¿Hay algo que no me has contado? - Preguntó preocupada.

Urano se quedó en silencio, podría hablar de todo menos de eso. ¿Por qué justo tenía que preguntarle aquello? Justo en el mejor momento, cuando al fin estaba todo remediado con ella y sus lunas. Le hubiera gustado seguir ignorando la existencia de su bebé.

Embarazo inesperado. (Solarballs)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora