𝐔𝐧𝐥𝐮𝐜𝐤𝐲 | Jacaerys Velaryon

16

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— Vamos dentro, Aemma.

La mencionada asintió. Jacaerys la tomó por el brazo suavemente. Durante el recorrido la Targaryen no dijo ni una sola palabra, sólo caminó en completo silencio. El príncipe la dirigió por la isla hasta que llegaron al castillo, Aelyx había quedado descansando en la playa. Al llegar al castillo la primer persona en verlos fue Ser Erryk, quien de inmediato se acercó a la princesa, preocupado por su bienestar. 

— ¡Princesa! — Aemma le abrazó, suspirando con pesadez —. ¿Se encuentra bien? 

— Ser Errik... — se separó de él —. No pude hacer nada. Lo hirieron, y yo no pude hacer nada.

Errik la miró desconcertado, confundido. Su mirada pasó a Jacaerys, quien sólo observaba la escena en silencio. 

— Ya perdí a dos de ellos, Ser Errik. Primero Luke, luego Jaehaerys — Jace colocó su mano en la espalda de la princesa, quien le miró de reojo —. ¿Qué más va a arrebatarnos esta guerra? 

— Princesa, lamento mucho escuchar eso. 

— ¿Escuchar qué? — Daemon se aproximó a hacia ellos —. ¿Qué te sucedió? 

Aemma miró a aquel hombre que tenía por tío con una ira impresionante. Daemon se detuvo en cuanto percibió la mirada hostil de la princesa. 

— No hablaré contigo. 

— ¿Y eso por qué? Te encuentras en mi castillo, Aemma. 

— Es de mi hermana. Me gustaría hablar con Rhaenyra.

— La reina está arreglando unos asuntos, puedes hablar conmigo — se acercó a ella —. ¿Qué demonios te pasó?

Aemma tomó la daga que Jacaerys tenía y la apuntó hacia Daemon. 

— Esto es lo que pasó. Tú — bajó la daga, caminando hacia él —. Un puto caza ratas se metió en medio de la noche al castillo. Acompañado de algún idiota que sobornaste para matar al hijo de Aegon y Helaena — miró hacia abajo, sus ropas ensangrentadas —. Uno de ellos dijo que habías sido tú. 

— ¿Por qué querría a un niño muerto? — espetó molesto.

— ¿Es verdad o no? ¿Los mandaste?

— Fue un error. 

— ¡Tu puto error se llevó a mi sobrino!

— ¿Qué está pasando aquí?

Todos miraron a la mujer de quien provenía aquella voz. Rhaenyra se hizo presente, mirando confundida a su esposo y hermana. Se acercó a Aemma, la miró de pies a cabeza, revisando detenidamente mientras buscaba el origen de la sangre. 

— Aemma... Me alegra poder verte, hermana — tomó el rostro de la menor en sus manos  —. ¿Qué es todo esto? ¿Por qué estás cubierta en sangre? 

— ¡Nyra! — le abrazó.

Rhaenyra observó a su hijo, el cual portaba una expresión seria. Por lo que logró escuchar en su camino hacia ellos dedujo algunas cosas.

— ¿Qué sucedió? — se separó de la menor para mirarla a los ojos.

— El hijo de mi hermana fue asesinado en su cuna, dentro del castillo. Uno de los responsables dijo que había sido... — miró al hombre detrás de la reina — él.

Rhaenyra miró a Daemon buscando una respuesta.

— ¿Daemon? — le llamó.

— Fue un error, Rhaenyra. Los envié por el idiota del parche, no por un niño.