Capítulo 4

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La mañana del viernes Albert no fue a la secundaria. El joven veía las noticias mientras desayunaba algo un poco más salado que de costumbre. No acostumbraba a leer el periódico pero se encontraba tan aburrido que decidió darle un vistazo.

La noche anterior un autobús escolar había sufrido una explosión en uno de sus neumáticos, que hizo que callera de la colina en la que subía terminando por un terrible accidente cerca del hospital principal del condado. En esos momento Albert se encontraba con Anthony.

Por milagro no hubo muertos pero si docenas de heridos graves y leves. Se quedó de piedra al leer el nombre de uno de los pacientes en coma, Olivia Ross. Supuso rápidamente y corrió afuera de su casa para tomar su bici, si el accidente había sucedido cerca del hospital del condado lo más probable es que se encontraría ahí. Ignoró el hecho de que esa día estaba faltando en la secundaria y siguió pedaleando.

En el camino compro un ramo de flores y una carta para escribir, de seguro ella lo vería cuando despertará en algún momento, los colocó en la canasta de la bici y siguió pedaleando hasta llegar. El clima de ese día era casi perfecto, era fresco y el sol brillaba en su resplandor, iluminando todo con una suave brisa que no antojaba más que descansar.

Llegó al hospital jadeando y camino directamente al recibidor, espontáneamente llamó la atención de una enfermera en el recibidor, una atractiva chica toda vestida de blanco. Albert sonrió amablemente y la saludo con la mano, acercándose.

-Hola. -devolvio el saludo- ¿Algo que se le ofrezca?

Albert sacó el cuadernillo azul y escribió forzosamente al tener las manos un poco ocupadas con el ramo.

"Vine a dejarle un regalo a una amiga."

La mirada de la enfermera se llenó de curiosidad al darse cuenta que no hablaba, luego se tornó con pequeñas chispas de decepción.

-¿Cual es el nombre de la paciente?

Tomo un archivo junto con un bolígrafo para escribir la entrega al paciente. Albert no respondió por algunos segundos hasta que recordó que esperaba su respuesta.

Escribió, "Olivia Ross."

La enfermera leyó el papel y lo escribió en el historial, chasqueo la lengua coquetamente al terminar.

-Yy... -Comenzó.- Eres tan tímido que no hablas?

Se recostó en el recibidor, dándole una buena vista de sus pechos.

"Sólo es un voto de silencio"

La enfermera leyó el papel y tuvo aun más curiosidad de aquel chico de cabello castaño.

"Confío en que esto le llegará a Olivia"

La enfermera asintió lentamente y tomó un papel aparte escribiendo algo.

-Claro, no te preocupes, me encargaré de que le llegué esto.

Albert dejó en el recibidor el ramo de flores naranjas junto con la pequeña carta, se pregunto rápidamente que sentiría Olivia al ver las flores y leer la carta.

Se despidió con la mano y giro sobre sus talones para marcharse, la enfermera lo llamó y esté se volvió para ver que ella tenía su mano extendida con un pequeño papel entre los dedos. Lo tomó y vio el contenido, era un número telefónico.

-Tal vez, -Comenzó.- si tu amiga es sólo eso, podrías llamarme.

Albert sólo sonrió amablemente y volvió a despedirse, obviamente no comento que era menor de edad. Al salir el clima se encontraba más frío, metio el papelillo en el bolsillo de sus vaqueros, tomó su bicicleta y pedaleo con calma. Se dejo llevar por la bajada de la colina, dejando que la bici corriera sola impulsada por la gravedad.

Jugando con la sombraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora