SELENE, reinado lunar [Taekook]

Episodio 9: Creciendo Juntos

Jungkook se sentó en la colina, el aire fresco de Selene envolviéndolo mientras miraba el horizonte con la mente hecha un caos. Desde su llegada a este lugar, su vida había cambiado drásticamente. Pensaba en Taehyung, en la fragilidad oculta bajo su fortaleza. Pero más que nada, había algo que no lograba descifrar, una inquietud constante que no lo dejaba en paz. Cerró los ojos, intentando encontrar una explicación dentro de sí mismo.
De repente, una voz firme y profunda resonó en su mente.

— Finalmente me escuchas — Jungkook se enderezó, sus ojos abriéndose de golpe. Miró a su alrededor, pero no había nadie.

— ¿Quién... quién eres? —murmuró, confuso.

— Soy tu lobo —respondió la voz.El desconcierto lo invadió. 

¿Su lobo? Nunca lo había sentido, ni siquiera había pensado en la posibilidad de que existiera algo así. Desde pequeño, en Alfea, siempre le habían enseñado que los lobos en los omegas eran más bien un mito, una presencia menor.

— Mi lobo... —repitió Jungkook, incrédulo— No entiendo... nunca te había sentido antes.

— Porque me drogabas —respondió su lobo con calma, aunque había un tinte de reproche en su voz—. Al hacerte pasar por alfa, sometías mis instintos, me adormecías. No podías escucharme porque estabas apagándome 

La sorpresa en Jungkook fue evidente. Todo el tiempo que había pasado en Alfea, fingiendo ser alguien que no era, había hecho que olvidara esa parte esencial de sí mismo — ¿Drogándote...? —repitió, incrédulo— Nunca lo pensé de esa forma... Solo intentaba sobrevivir, hacer lo que fuera necesario para encajar.

El lobo suspiró, y había una mezcla de tristeza y comprensión en su tono — Lo sé, no es tu culpa. Pero al forzarme a actuar como si fuera un alfa, me alejaste de mi verdadero propósito. Los lobos de los omegas no están aquí para competir con los alfas ni para simplemente guiarnos en el apareamiento. Somos mucho más que eso.

Jungkook se quedó en silencio, tratando de procesar lo que escuchaba. Todo lo que le habían enseñado en Alfea parecía desmoronarse ante sus ojos.— En Alfea nos decían que el lobo en los omegas solo estaban para apoyar en el apareamiento y el celo... —dijo lentamente, casi como si probara esas palabras por primera vez—. Es la primera vez que escucho que un lobo es un guía.

— Eso es lo que los alfas querían que creyeras —respondió el lobo, su voz más grave—. Nos redujeron a meras herramientas para controlar el celo y la reproducción, y te hicieron creer que esa era nuestra única función. Pero nuestro verdadero rol es ser guías espirituales. Te conecto con la luna, con la magia. Sin mí, estabas desconectado de tu propia esencia.

La revelación golpeó a Jungkook con fuerza. Nunca se había detenido a pensar en la naturaleza de su lobo más allá de lo que le habían enseñado. Para él, siempre había sido un tema menor, algo que no tenía importancia, porque nunca lo había sentido de verdad. Ahora, todo cambiaba.— ¿Y por qué ahora? —preguntó, tratando de entender el momento—. ¿Por qué puedo escucharte en Selene, pero no en Alfea?

— Porque aquí tienes la libertad de ser quien realmente eres —respondió su lobo—. Selene nos ha liberado de la sumisión que nos imponían los alfas. Nos dieron la posibilidad de reconectar con la luna, con nuestra verdadera naturaleza. Aquí, puedo hablarte porque tú también te estás liberando, porque ya no necesitas fingir.

Las palabras del lobo resonaron en su interior, y Jungkook sintió que algo dentro de él comenzaba a alinearse, como si piezas de un rompecabezas se colocaran en su lugar. En Alfea, siempre había sentido que algo estaba mal, que una parte de sí mismo estaba desconectada. Ahora entendía por qué. Había estado ignorando su propia esencia, su conexión con el lobo que era parte de él por miedo.Mientras sus pensamientos se agolpaban, notó que alguien se acercaba. Era Taehyung. Lo vio caminar con calma, su expresión tranquila pero sus ojos siempre atentos. Jungkook se volvió hacia él, sintiendo la familiaridad reconfortante de su presencia.Taehyung se sentó a su lado, dejando que el silencio hablara por un momento antes de romperlo con suavidad.