SEIS

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Gracias por el apoyo.... tambien voy a escribir la de la voleybolista pronto, leanla


Esa noche estaba profundamente dormida cuando mi celular vibró sobre la mesa de noche. Con los ojos entrecerrados, alcancé el teléfono y vi que era un mensaje de James. Eran las 3 AM.

"Perdón, Cami. No debí tratarte así. ¿Podemos hablar mañana?"

Me quedé en silencio unos segundos, releyendo el mensaje. James, siempre tan impulsivo, pero esta vez parecía que se arrepentía. No estaba segura de cómo sentirme, pero al menos parecía un intento de reconciliación.

Suspiré y me levanté de la cama con cuidado para no hacer ruido. Cuando salí de la habitación, vi a Richard, dormido en el sofá. Él había insistido en no dormir conmigo esa noche. Dijo que sería una falta de respeto, y aunque al principio me molestó, ahora entendía su punto. Lo miré, y sentí una extraña mezcla de admiración y cariño al verlo tan relajado.

Caminé hacia la puerta trasera, abriéndola despacio para no despertarlo. El aire fresco de la madrugada me envolvió mientras me sentaba en el porche, mirando el cielo oscuro. Todo estaba tan quieto, y el sonido de las olas rompiendo en la orilla me ayudaba a ordenar mis pensamientos.

No sabía si estaba lista para hablar con James, pero sabía que en algún momento tendría que enfrentar lo que había pasado.


Estaba perdida en mis pensamientos, mirando el horizonte oscuro, cuando un fuerte estruendo detrás de mí rompió el silencio de la noche. Me giré rápidamente y vi a Richard en el suelo, frotándose la cabeza con una expresión de dolor y sorpresa.

—¡Jueputa vida! —murmuró con frustración mientras intentaba levantarse, tambaleándose un poco.

No pude evitar soltar una pequeña risa, a pesar de la seriedad del momento. Me acerqué a él, con una mezcla de preocupación y diversión.

—¿Estás bien? —le pregunté mientras le ofrecía una mano para ayudarlo a levantarse.

—Sí, sí, estoy bien... solo que el sofá decidió traicionarme —dijo mientras se sobaba la nuca, con una sonrisa avergonzada.

Me mordí el labio para no reír más fuerte, pero no pude evitar sonreírle. Él me devolvió la mirada, entrecerrando los ojos como si intentara aparentar que no había pasado nada.

—¿Y tú? —dijo, cambiando el tono—. ¿Qué haces aquí afuera a esta hora? ¿No podías dormir?

Miré hacia el horizonte otra vez y suspiré.

—James me escribió... Quiere hablar conmigo mañana, dice que lo siente. —Mi voz era un susurro, como si las palabras no quisieran salir.

Richard se sentó a mi lado, más serio ahora, escuchando en silencio.

—¿Y qué piensas hacer? —preguntó suavemente, mirándome con esos ojos atentos que siempre parecían entender más de lo que yo decía.

—No lo sé... Supongo que eventualmente tendremos que hablar. Pero después de todo lo que pasó... —Me encogí de hombros, sintiendo el peso de la situación—. No es tan fácil.

Richard asintió, comprensivo. Me rodeó con un brazo, como si quisiera protegerme de todo lo que me estaba perturbando.

—Lo que decidas, Cami, lo harás bien. Solo no dejes que te trate mal de nuevo, ¿sí? —dijo en voz baja, con una mezcla de cariño y firmeza.

Asentí, agradecida por su apoyo. Aunque sabía que la conversación con James no sería sencilla, tener a Richard a mi lado me daba algo de tranquilidad.

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