Capítulo 8

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Faltaba solo un día para la competencia de Yeosang

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Faltaba solo un día para la competencia de Yeosang.

Jongho descubrió que Yeosang no era solamente talento, sino que también un trabajador duro. Las últimas semanas había hecho grandes esfuerzos para aprender su programa a la perfección, repitiendo sus saltos una y otra vez, frustrándose cada vez que caía.

Incluso si era un patinador increíble, no estaba a salvo de las caídas. Jongho perdió la cuenta de todas las veces que se quedó sin aliento cada vez que Yeosang resbalaba y caía al hielo. ¿Lo peor? Jongho parecía el único preocupado, el resto de los chicos del club de patinaje seguían en lo suyo y ni siquiera miraban a Yeosang cada vez que terminaba en el hielo.

Jongho estaba haciendo grandes esfuerzos para no lanzar su stick a un lado y deslizarse hacia Yeosang para comprobar si estaba bien, convenciéndose a sí mismo que no era gran cosa y que el príncipe del hielo estaba más que acostumbrado.

Sí, Jongho tenía que bajarle dos rayitas a su nueva necesidad de mantener a Yeosang cómodo y seguro todo el tiempo, pero era difícil. Especialmente cuando cada caída, por pequeña que fuera, hacía que su corazón diera un vuelco.

Sin embargo, Yeosang tenía una determinación de acero. Se levantaba del hielo cada vez, sin quejarse ni mostrar debilidad, con esa expresión concentrada y seria que Jongho aprendió a reconocer como un signo de que no estaba dispuesto a rendirse.

¿Cómo puede ser tan fuerte y delicado al mismo tiempo? Ni idea, pero el patinaje artístico de Yeosang era una mezcla de ambas.

Jongho inhaló profundamente cuando Yeosang comenzó a patinar de manera más fluida, tomando impulso para hacer la pose de bielman con una delicadeza asombrosa.

No, Jongho no iba a explicar por qué ahora sabía de patinaje artístico. Eso no importaba, ahora estaba preocupadísimo por Yeosang. Incluso si era un profesional, esa pose era demasiado arriesgada y Jongho no pudo evitar ponerse en guardia en caso de que Yeosang se viniera abajo.

Bien, tenía que estar tranquilo. Jongho era lo suficientemente rápido para alcanzarlo en caso de que eso sucediera, y tal vez ni siquiera sucedería, ya vio a Yeosang dar unos saltos increíbles hacia menos de quince minutos.

Convenció a su mente, solo le quedaba convencer a su cuerpo porque todavía estaba tenso.

Por suerte ya no quedaba nadie en la pista de patinaje. El director fue lo suficientemente benevolente como para aumentar un turno nocturno más, permitiendo que los patinadores designados practicaran algo de tiempo más.

Ese fue tiempo que ninguno desaprovechó.

Yeosang soltó su pie y se movió grácilmente hacia el frente, girando un par de veces y cruzando miradas con Jongho. El pobre jugador solo pudo tragar cuando el patinador le sonrió.

—Ven. —A la distancia que estaban ni siquiera debería escucharlo, pero Jongho estaba seguro de que lo hizo.

Jongho se quedó congelado en su lugar por un segundo, mirando a Yeosang deslizarse con elegancia sobre el hielo.

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