CAPÍTULO - 14

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Matthew.

Me coloco los lentes de sol mientras bajo por las escaleras del Jet, sintiendo cómo el sol cálido de Washington se cuela por mis poros. No hay mejor cosa que el calor del hogar.

Kaira viene a mis espaldas, vinimos sin nada de equipaje a excepción de nuestras armas. Mientras caminamos hacia las instalaciones me mentalizo poco a poco del caos que se desatará en unos minutos, pensando de igual forma en la excusa que le daría a la FLS. ¿Cómo justificaría dos días completos y mitad del otro fuera y en tierra enemiga? No lo sé, pero algo se me ocurriría.

Meto lentitud a mis pasos, dejando que Kaira camine al frente de mi para poder ver esa hermosa vista que tanto me prende de ella. Cuando camina hace un balanceo delicioso en sus caderas que ni ella misma sabe que hace, hipnotizándome con cada paso que da.

No es de pechos voluptuosos pero tampoco de pechos pequeños, tiene el tamaño perfecto. Donde si tiene un tamaño extravagante es en lo que lleva debajo de la espalda.

Nos encaminamos al área de Juntas, dejando que Cristal pase su tarjeta por el lector y dándonos paso dentro donde solo están los dos Ward, Neels y Isaac.

Belissa se para de su asiento de inmediato, abrazando a su mejor amiga. Kaira la mira extrañada al ver cómo sus ojos se cristalizan. Mira a Ward confusa y luego a Belissa.

— ¿Dónde está Hillary?  —pregunta preocupada, tal vez pensando que las lágrimas de su mejor amiga se deben a su hermana.

Tomé asiento al lado de Isaac, viendo cómo esa pinta de confusión absoluta en su rostro no se desvanecía.

— Tomen asiento. —dice William, con un mejor aspecto del que tenía.

¿Cómo no iba a estar mejor?

Las chicas le hicieron caso de inmediato.

Miré la mesa de cristal pensando en lo que se avecinaba. Tendría que ir pensando cómo resolvería el tema de Daisy, junto con cómo resolvería el tema de la FLS y cómo si fuera poco, tendría también que lidiar con que tal vez no tendría a Kaira debajo de mi pidiendo más por un buen rato. De las tres, la que más me estresaba era la última, irónicamente.

Alcé la vista cuando vi cómo Kaira miró hacia las puertas de cristal que se acababan de abrir, dándole paso a los Wallace.

La primera, ya estaba tomando un poco más de peso y su cabello en parte se veía más vivo. Su rostro ya no estaba pálido y no tenía ojeras, he de decir que son una familia con muchas virtudes físicamente. A diferencia de Kaira, Hillary tenía un color chocolate en los ojos, era un poco mas alta y su cuerpo era diferente. No menos atractivo, pero si me preguntan, prefiero el de su hermana.

El otro, ya no tenía barba ni cabello largo. Sus ojos color almendra se veían cristalizados al ver a Kaira. Traía el uniforme que siempre le ha correspondido, el de un general, uno de los más respetados. No entendí mucho la última parte ya que parecía que la FLS estaba preparada y sabían de él ya que un trámite de revivir a una persona y devolverle un cargo en dos días no es muy común, fue algo rápido hasta para una persona con el rango y popularidad que el tenía. Entonces si no sabían... ¿Cómo fue tan rápido?

Kaira volteó la cabeza de inmediato, mirándome con odio. Para ser sincero, es un odio nuevo. Siempre me miraba con uno característico pero este es totalmente nuevo, su mirada parecía dagas que por un momento logró preocuparme. Sus mejillas se encendieron de un rojo junto con su rostro en cuestión de segundos.

Se paró y en vez de ir a su padre recién revivido, se dirigió en mi dirección, y sin esperarlo se fue encima de mi, golpeándome repetidas veces sin parar. No se cuanto tiempo pasó, solo vi cómo el estúpido de Neels la agarraba de la cintura para despegarla de mi.

VENDETTA ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora