Epílogo

127 10 0
                                    

—Te ves diferente —dijo Phuwin, viéndolo desde el lado opuesto de la mesa.

Fourth se encogió de hombros y excavó en su ensalada, negándose a sentirse cohibido por su camisa con flores rosadas algo desabrochada o sus entallados jeans blancos. Si alguien
pensaba que se veía extravagante, no era problema de Fourth. Ya no se sentiría avergonzado sobre quién era. Se sentía bien con esta ropa. Eso era lo importante.

—Amigo —dijo Phuwin con cautela—...¿Ese hombre te obliga a vestirte así?

Fourth parpadeó.

—¿Qué?

Al darse cuenta de que Phuwin iba en serio, empezó a reírse como un niño. Sabía que Phuwin no había estado precisamente emocionado cuando Fourth le contó que estaba viéndose con Gemini, pero Fourth no había entendido el alcance de ello. Era la primera vez que estaban pasando el rato en casi un mes.

—Hey, no es gracioso —dijo Phuwin —. Estoy preocupado, tonto. Primero empiezas a follar con el tipo que te tuvo secuestrado por meses, y ahora estás cambiando tu forma de ser por él.

—No estoy cambiando por él —dijo Fourth con una sonrisa torcida—. Este es quien soy. Este es quien siempre fui. Lo único que él cambió fue... que me ayudó a ver que no había nada malo en mí. Ya no siento como si tuviera que esconderlo.

Las cejas oscuras de Phuwin se juntaron, sus ojos marrones llenos de confusión.

—Pero... ¿por qué no me dijiste antes? ¿Pensaste que te juzgaría?

Fourth encontró su mirada.

—Recuerdo claramente cuando me contaste cuánto te desagradaba que Fred fuera tan extravagante y afeminado.

Phuwin se sonrojó.

—Me desagradaba Fred porque no era Pond, no porque... seguía comparándolo con Pond. Por lo que todo sobre él me molestaba.

—No puedo culparte porque te gusten machotes —dijo Fourth, riendo—. Sería muy hipócrita de mí parte.

Compartieron unas miradas divertidas antes de que Phuwin se pusiera serio.

—Realmente no me importa, lo sabes, ¿verdad? Lamento si te di esa impresión —sonrió un poco—.Puedes usar una falda y seguiré amándote, Lucy.

Rodando los ojos, Fourth le dio una patada por debajo de la mesa.

—No me va el travestismo. Solo me gustan las cosas bonitas, y decidí que no me va importar si algunas personas con la mente estrecha consideran que es extraño o afeminado. Los estereotipos de género son estúpidos de todas formas. Soy feliz como soy.

—Te ves feliz.

Fourth sonrió, pensando en los últimos meses.

—Porque soy feliz.

Phuwin lo miró pensativamente.

—Eres serio respecto a él, ¿verdad?

Fourth encontró la mirada de su amigo.

—Nunca fui más serio.

—Es sólo que es algo loco —dijo Phuwin, suspirando—. Lo sabes, ¿verdad? Es un hombre que te secuestró y se forzó en ti.

Fourth frunció el ceño.

—Ya te lo dije: nunca me obligó a hacer nada que no quisiera. Sí, Gemini dista mucho de ser un santo, pero algo que no es, no es un violador. Así que déjalo, ¿sí?

Phuwin apretó los labios.

—Es sólo que no lo veo funcionando a largo plazo. Va a romper tu corazón.

Just a Bit RuthlessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora