Las cosas en la casa estaban bien, al menos con el embarazo de Charlie. Su embarazo ya estaba muy avanzado por eso motivó ya no trabajaba. Se había quejado mucho al respecto, toda la familia Cullen lo había escuchado en las mañanas, tardes y noches quejarse al respecto pero solo lo hacia por diversión ya que Carlisle lo consentía mucho.
Por otra parte, Edward, Jasper y Emmett habían avanzado mucho en el tema de la investigación de los asesinatos, habían ocurrido otros dos y uno de ellos fue un miembro de la manada de Jacob, por ese motivo el clan de los lobos se metió mucho más en esa cacería.
Por que eso era ahora, una cacería contra los ojos rojos como Jacob les decía.
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Había salido a pasear , necesitaba distraerse y pensar con atención. La amenaza era clara; querían destruirlos o al menos a la mayoría de ellos. Además estaba el hecho de que tenía qué decirle algo a Carlisle, algo que no había mencionado porque creía que era problema de él, pero no.
Había hablado con Alice y su hermana le había confesado lo que el ya sospechaba. Charlie era un escudo y uno muy potente.
— Edward — escuchó el llamado de Jacob y dejó de lado sus pensamientos, estaba a las afueras de la reserva, recargado en la camioneta del chico —¿Estás bien?.
— Lo estoy — le sonrió y se acercó para abrazarlo, sonrió ante el pequeño temblor del chico—¿Frío?
— Si— se alejó y lo vio recargarse a su lado—¿En que pensabas?
— En algo , pero no hablemos de eso— acarició la mano de Jacob, aquella que estaba recargada en la puerta — Tengo que irme pronto, debo ir por sangre al hospital.
No puedo evitar soltar una gran carcajada cuando vio la mueca de desagrado en su rostro.
— Entiendo porque debe dé ingerirla, pero es asqueroso.
— No están malo, bueno yo solo como sangre de animal.
— Igual es asqueroso.
— ¿Yo te doy asco?— se acercó un poco al rostro del chico.
— ...— se observaron un rato, no podía evitar ver los carnosos labios de Jacob — Si me dieras asco no te besaría.
— Cierto, entonces si te gusto— y se acercó un poco más y besó al chico. El beso no duró mucho puesto que tenía que ir al hospital, pero se permitió sujetar la cintura del joven lobo y acariciar un poco la amplia espalda de Jacob. Le gustaba mucho tocar el cuerpo del contrario, podía sentir los músculos firmes y tonificados.— Tengo que irme — le dijo al separarse.
— Bien, te veo en la noche.
— Si.
En la noche le darían caza a cierta pelirroja y rubio que habían estado dando vueltas por la reserva. De eso tenía que hablar con Carlisle también.
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Quise subir de ellos porque no he escrito suficiente de ellos en esta historia y el desarrollo de ambos es importante para lo que sucederá más adelante con la historia central de Charlie ❤️.
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