En tierra de hombres

Desgarro

Mi vida en esta casa es un infierno; Rigoberto me trata solo como a una criada y objeto de sus más oscuros deseos. Verlo me da asco y por mas que trato no encuentro la manera de escapar.

Me mantengo encerrada en la casa, haciendo los quehaceres para él y para su hija. Si se supone que me parezco a su esposa ¿Entonces porque no me trata como a tal? Me fastidia haber tenido que dejar la escuela y a mis amigos. Literalmente estoy enjaulada como un animal de circo.
Lo que mas me fastidia es la actitud de Alitzel; las cosas con ella no van nada bien. Cuando llega a la casa me mira con cara de superioridad y odio.

- ¿Se puede saber que te pasa conmigo?

Una tarde que Alitzel vino a visitar a su padre, me cansé de su desprecio y la enfrenté.

- En realidad nada...

-¿Entonces cual es tu actitud conmigo?

-Me estorba tu presencia...

- ¿Y crees que yo quiero estar aquí?

-Yo se que no Mariale...

-Tu lo tienes fácil - le reclamo con rabia- eres la consentida de tu familia, mientras a mi todos me tratan como a saco de boxeo...

-Eso es lo que tu piensas...

La miro sorprendida ¿A poco no es la consentida? Miro fijamente el rostro de Alitzel y veo un rastro de tristeza en él.

-Ven conmigo...

La sigo hasta su habitación; me sorprendo al ver que es una habitación sencilla. Aun conserva rastros de su infancia con un toque de adolescencia.

Estoy tan distraída que no me doy cuenta que Alitzel se ha quitado la camisa y me esta enseñando su espalda, llena de cicatrices.

-Yo no conocí a mi madre Mariale - me mira con tristeza - Y mi padre me culpa por ello.

-No manches wey...

-Cuando mi madre murió, justo a mi edad, mis abuelos se encargaron de mi al ver que mi padre se sumió en el alcohol- Se pone de nuevo la camisa - cuando lo venía a visitar, descargaba su ira contra mi.

-Yo no me lo hubiese imaginado...

- Soy una mensa sabes, cuando llegaste a esta casa - Se ríe - una parte infantil de mi se enojó porque pensaba que quería quitarle el puesto a mi madre...

-¿Cómo crees? -Me río- primero, podría ser tu hermana y segundo ni modo que yo quiera estar aquí.

- Lo se...

- ¿No podrías ayudarme a salir de aquí?

-¿Y arriesgarnos a morir las dos?

-Ahora mismo mi vida me vale madres...

- Mariale, eres muy joven para decir eso - me reprende - mi padre no vivirá eternamente.

- A este ritmo yo tampoco...

Alitzel se queda pensativa un rato; si no fuera la amante de mi hermano, le tendría mucho cariño. Hay que ver como es el mundo y que fácil juzgamos sin saber.

- Alitzel una pregunta-la saco de sus pensamientos- ¿Por qué mi hermano?

Ella me mira sorprendida.

- ¿Cómo lo sabes?

- Mija, mi hermano no sabe disimular nada.

- No se ni como pasó - suspira - pero pasó...

-¿Sabes que él es igual que nuestros padres?

- ¿Pega a sus hijas?

-A su mujer...