Cicatrices

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Arrastro mi cuerpo por la tierra como puedo hasta llegar al cuerpo inerte de Pablo. Me duele todo, pero más aun me duele el corazón.

—Pablo —lloro mientras acaricio su cara desfigurada —¡No me dejes sola!

Mi pobre hermano ha muerto de un balazo en la cabeza. El estómago se me revuelve y empiezo a vomitar; la cabeza me da vueltas y todo se vuelve negro mientras recuerdo la voz de uno de los hombres que decían:

"Vamos a avisarle al señor Hernán"

🇲🇽🇲🇽🇲🇽🇲🇽

Escucho el ruido de una sirena y una voces ininteligibles:

"Chica, aparentemente menor de edad; sufre signos de violación, tiene la cara magullada"

Y Todo se vuelve negro otra vez. Cuando recupero el sentido de nuevo me encuentro en lo que parece ser una habitación de hospital. Paseo la mirada por la habitación y veo que hay una chica vestida de enfermera sentada en un sillón repasando unos papeles. La chica, levanta la mirada y se da cuenta de que la estoy mirando.

— ¡Gloria a Dios! —Se levanta de golpe y se acerca hasta mi -¡Te has despertado!

—¿Donde estoy? — Consigo decir, apenas sin fuerza.

— Estás en el Meridian Hospital, en Texas.

—¿Cuánto tiempo llevo aquí?

—Unas dos semanas...

—¿Dos semanas? —Me altero.

—Llegaste en un estado tan lamentable, que pensamos que no ibas a despertar nunca - la enfermera pone cara de lástima.

—¿Y Pablo? —Una lágrima cae de repente de mi ojo derecho, el otro parece que lo tengo tapado.

—¿Quién es Pablo?

—¡Mi hermano! —Me altero de nuevo— ¡Él estaba a mi lado cuando...!

-—Cuando te encontraron, estabas en un estado muy lamentable...

—No... —empiezo a recordar lo sucedido y me niego a aceptar la realidad.

— Viniste sola al hospital...

—¡No! —Grito, mi corazón duele demasiado — mi hermano estaba conmigo...

—Lo siento...

Mi corazón empieza a palpitar fuerte y todo se vuelve negro de nuevo, no sin antes escuchar como una máquina empieza a pitar fuerte.

Imágenes empiezan a pasar por mi mente como una película. La noche de la cena, cuando don Rigoberto me pidió en matrimonio; la noche en la bodega cuando abusó de mi con sus manos; mi hermano Pablo planeando un plan de escape; el asalto de los bandidos y finalmente el ruido del disparo. Todas estas imágenes pasan delante de mi a un ritmo frenético.

" Parece que vuelve en sí..."

Escucho una voz a lo lejos.

"Inyectadle un calmante por intravenosa"

Sigue diciendo la voz.

Abro mis ojos de nuevo y me encuentro con la enferma y un doctor que me miran fijamente. Los dos parecen preocupados y sonríen al ver que abro mis ojos.

—Buenos días señorita.

El doctor se acerca a mi, me coge la muñeca con suavidad y mira su reloj; mi cuerpo empieza a temblar involuntariamente.

—No me imagino por lo que debes haber pasado... —me mira con dulzura.

—Por favor —me pongo a temblar como un animal herido -no me toque más...

En tierra de hombresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora