"Los diablos tenemos una característica en común", reflexiono en silencio Yoru.
Nosotros somos insensibles, y rara vez podemos llegar a desarrollar sentimientos como los humanos, carecemos de la empatía que abunda en ellos. Bueno, de algunos. se dijo así misma, pensando en la sonrisa de Goku y la timidez de Asa.
"Quien hubiera imaginado que alguna vez me sentiría así. Probablemente Makima me diría que soy una decepción". Suspiro.
Levantándose sin despertar a nadie salió a observar el amanecer llegar a su... Hogar.
El pensar qué tiene un lugar a donde pertenecer le dejo un cosquilleo en el estomago.
Negando con la cabeza, se dedico a relajarse, sentada en la hierba viendo el cielo cambiante, pasando de un profundo azul a un claro turquesa.
"Nunca dejare de ser el demonio de la guerra". dijo entre susurros, observando a detalle sus manos.
Sonriendo suavemente, miro la casa detrás suyo. "Pero no quiere decir que no pueda ser más qué solo eso"
"Los tengo a ellos" dijo. levantándose de la hierba, caminando de vuelta a la casa en silencio.
Mirando a afuera por ultima vez, rió suavemente.
Y eso... es tenerlo todo.
FIN
Deja tu ultima estrellita, llegamos al fin de Caricias de Guerra.
Gracias por llegar hasta aquí. No desee alargar innecesariamente esto, espero disfrutes lo poco que fue.
Nos vemos más tarde, lectores
bye, bye
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Caricias de Guerra
Fanfiction¿Quién diría que ser pareja de un saiyajin seria tan alocado? Asa y Yoru seguramente no lo vieron venir. Secuela (Amante de lo ajeno)