Pensamientos de un humano

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La mañana comenzó como siempre en el Monte Paoz, con los primeros rayos del sol filtrándose a través de las ventanas. Asa se despertó antes que los demás, como era su costumbre. Mientras preparaba el desayuno, sus pensamientos divagaban.

"¿Cómo llegué a este punto?" se preguntó, una suave sonrisa jugando en sus labios, "Nunca me hubiera imaginado estar así"

El sonido de pasos la sacó de sus pensamientos. Goku entró en la cocina, bostezando y estirándose.

"Buenos días, Asa," saludó con su característica sonrisa. "¿Necesitas ayuda?"

Asa sintió un revoloteo en su estómago, algo que se había vuelto común últimamente. "Buenos días, Goku. Estoy bien, pero gracias por preguntar."

Mientras Goku se sentaba a la mesa, Asa lo observó disimuladamente. Su corazón se aceleró al notar la forma en que la luz matutina acentuaba sus rasgos.

"Goku," comenzó, dudando un momento, "¿puedo preguntarte algo?"

"Claro, Asa. ¿Qué pasa?"

Asa respiró profundo. "¿Alguna vez... te arrepientes de habernos dejado quedarnos aquí? A Yoru y a mí, quiero decir."

Goku la miró sorprendido. "¿Arrepentirme? ¡Claro que no! Ustedes dos son lo mejor que me ha pasado en mucho tiempo."

Las palabras de Goku calentaron el corazón de Asa. Dejó lo que estaba haciendo y se acercó a él, sentándose a su lado.

"Sabes, cuando llegué aquí, tenía miedo," confesó. "Miedo de lo que significaría estar en una relación, de cómo encajaría. Pero tú... tú hiciste que todo pareciera posible."

Goku la miró con ternura, tomando su mano. "Asa, tú y Yoru han traído tanta alegría a mi vida. Nunca lo dudes."

En un impulso, Asa se inclinó y besó suavemente a Goku. Fue un beso dulce, lleno de promesas no dichas.

"Vaya, vaya, ¿Qué tenemos aquí?" La voz de Yoru los sobresaltó. La demonio estaba apoyada en el marco de la puerta, una sonrisa burlona en su rostro. "¿Empezando sin mí?"

Asa se sonrojó, pero no se apartó de Goku. "Buenos días, Yoru. ¿Te unes a nosotros?"

Para sorpresa de ambos, Yoru se acercó y se sentó al otro lado de Goku. "Supongo que puedo tolerar un poco de afecto matutino," murmuró.

Los tres compartieron un momento de silenciosa intimidad, sus manos entrelazadas sobre la mesa.

Más tarde ese día, mientras Goku y Yoru entrenaban afuera, Asa los observaba desde la ventana. Sus pensamientos volvieron a divagar.

Es curioso, cómo el destino nos unió. Encontramos un hogar en el lugar más inesperado

Asa salió de la casa y se acercó a ellos. "¿Puedo unirme?" preguntó.

Goku sonrió ampliamente. "¡Por supuesto!"

Yoru asintió. "Ya era hora de que te decidieras a entrenar en serio, mocosa."

Mientras los tres comenzaban a entrenar juntos, Asa sintió una oleada de felicidad. Aquí, en este pequeño rincón del universo, había encontrado algo que nunca supo que buscaba... una familia.

El entrenamiento pronto se convirtió en un juego, con risas y bromas llenando el aire. En un momento, Goku la atrapó en un abrazo, levantándola del suelo. Yoru, no queriendo quedarse fuera, se unió al abrazo grupal con un gruñido fingido de molestia.

Asa cerró los ojos, disfrutando del momento. "Esto es el paraíso," pensó. "Aquí y ahora, con ellos."

Mientras el sol comenzaba a ponerse, los tres se sentaron en la hierba, agotados pero felices.

"Gracias," dijo Asa en voz baja.

"¿Por qué?" preguntó Goku.

"Por todo," respondió ella, mirando a ambos con amor. "Por aceptarme, por enseñarme, por amarme."

Yoru resopló suavemente. "No te pongas sentimental, Asa. Pero... supongo que yo también estoy agradecida."

Goku los atrajo a ambas en un abrazo. "Somos una familia ahora," declaró con simplicidad. "Diferentes, inusual, pero perfecta a nuestra manera."

Asa asintió, sintiendo que su corazón rebosaba de amor. Mientras las primeras estrellas aparecían en el cielo, supo con certeza que había encontrado su lugar en el universo, justo aquí, con Goku y Yoru.










FIN...











Bueno, no. Jajaja 

Deja tu estrellita 

Aún quedan algunas cosas por ver, pero en unos 3 caps ya acabará está linda historia 

Y no, no he olvidado el especial de CD que les prometí, ni tampoco lo demás 

Pero la verdad está semana y la siguiente serán un dolor de trasero...

Caricias de GuerraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora