Ricky talló sus ojos con pereza y lentitud, intentando disipar aquél sueño que todavía le quedaba después de unas simples horas de descanso. No le parecía lindo despertarse a mitad de la noche debido a ruidos desconocidos, eso de levantar a personas debería de considerarse ilegal. O por lo menos con el pelirrojo... "pena de muerte si despiertas a Shim Ricky".
Un fuerte golpe se logró escuchar, llegando instantáneamente a los oídos del pelirrojo. Debía de admitir que por un momento le invadió el miedo. ¿Y si Jiwoong había olvidado cerrar la puerta principal con llave y un ladrón, asesino o psicópata los atacaba en ese momento?
—Mierda —fué lo único que pensó Ricky —. Tal vez tenga que ir a revisar, muy probablemente no sea algo grave —dudó un momento—. Aunque.. sería mejor que fuera Jiwoong. Es su casa, si alguien tiene que morir primero, tiene que ser él.
Tomó con rapidez su celular del mueble al lado de
la cama, pero fue inútil, recordó al momento que Jiwoong cortó el internet, no tenía saldo y muy probablemente el pelinegro se encontraría durmiendo.—¿Así es como moriremos? —pensó—. No, no seas dramático, Ricky. Mejor levanta el trasero de la cama, deja de ser tan cobarde y baja a revisar.
Se levantó con cuidado, dirigiéndose sin más a la puerta de aquella habitación en donde se encontraba. Antes de abrirla, pensó un poco y finalmente tomó valor para salir. Miró a su alrededor con atención, sin encontrar nada que pudiera delatar a un extraño en la casa.
—Bien, ahora ve por Jiwoong —suspiró.
Agradeció que la habitación del pelinegro estuviera junto a la de él. Estaba decidido a abrir la puerta en busca de su amigo, para su sorpresa, ésta se encontraba entreabierta.
—Mierda, ¿y si el ladrón entró a la habitación de Jiwoong? —pensó. Ahora mismo luchaba contra el deseo de salir corriendo de aquella casa.
Al mismo tiempo que el pelirrojo tocó la perilla de la puerta, decidido a entrar, escuchó un jadeo viniendo de adentro, su cuerpo se estremeció ante ésto. Se escuchó un tanto alborotado, entre cansado y extasiado.
—Ah... si, así —Ricky frunció el ceño. ¿Acaso esa era la voz de Jiwoong? Qué mierda, ¿a quién le hablaba?
No pasó mucho hasta que la curiosidad lo invadió y atrajo su cuerpo hacia la única parte de la puerta que le permitía tener amplia visión hacia dentro de la habitación.
Abrió los ojos sorprendido, la sangre de su cuerpo empezó a acumularse únicamente en su rostro y su cuerpo empezó a temblar por la vergüenza de encontrarse en una situación así.
—Mierda, mierda, mierda.. solo a mí me pasan éste tipo de cosas —se dijo a sí mismo en un susurro inexistente. Definitivamente tener la imagen de tu mejor amigo masturbándose en su cama... no, no es algo que deba suceder.
Aún así, el pelirrojo observó como Jiwoong movía su mano de abajo hacia arriba, envolviendo su miembro completamente. Su rostro mantenía una expresión placentera, no solo para el que se encontraba tocandose en éste momento, si no, para todo aquél que lo observe. Sus ojos estaban notoriamente cerrados, sus cejas levemente fruncidas y de aquella boca, la cual estaba levemente abierta, salían roncos gemidos.
—Ricky...
—¿Ricky? Mierda, ¿acaba de decir mi nombre? —pensó para él mismo. En éste momento el pelirrojo no lograba entender bien lo que sucedía, lo único que sabía es que su rostro ahora mismo estaba consumido por el calor, no dudaba que probablemente no se podía distinguir del color de su cabello—. No, claro que no, él probablemente conoce a otro Ricky, ¿verdad? Joder... claro que soy yo.
Ahora preferiría mil veces haberse encontrado con un psicópata.
—Ricky, ¡ya no mires! —se dijo a si mismo, percatandose de que llevaba más de 10 minutos observando la escena—. Aquí no hay un ladrón, definitivamente no lo hay —dijo corriendo rápidamente hacia su habitación, un poco asustado, no por lo que acababa de ver, más bien, asustado por pensar que Jiwoong podría haberse dado cuenta de que lo vió.
—¿Cómo podré mirarlo a la cara ahora? —se tiró sobre la cama y se apresuró a envolver todo su cuerpo con las mantas—. Se estaba masturbando... ¿pensando en mí?
Cerró los ojos y recostó su cara sobre la almohada, intentando dejar de lado lo que acababa de pasar. Pero aún así, sin permiso alguno e inesperadamente, la imagen regresó a su cabeza, como una película sin pausa.
Estaba totalmente desnudo, su pecho se levantaba irregularmente y su frente sudaba. Su cabello negro... arrastrado levemente hacia arriba, alborotado y con unos cuantos mechones pegados a su frente. Sus tatuajes brillaban, era el brillo de su sudor, pero más que eso, era el brillo de su excitación.
Abrió los ojos, logrando borrar aquella imágen que ahora lo consumía. Se abofeteó mentalmente por seguir pensando en eso, le avergonzaba no poder olvidarlo.
—Ricky... —se escuchó como un susurro.
—Mierda, es Jiwoong. ¡Ricky! Sal por la ventana, no deseas verle la cara y recordar que acabas de verlo tocándose —pensó para él mismo.
—Ricky, despierta —la voz de Jiwoong sonó ronca y era autoritaria. No era como si quisiera levantar al pelirrojo porque ya era tarde. Era de madrugada, en realidad. Pero más bien, sonaba como si quisiera despertarlo a propósito.
—Déjame dormir... —fingió una voz apagada, tratando de que no se diera cuenta de que desde hace ya unos minutos estaba despierto, mientras apretaba con fuerza el borde de la cobija que lo escondía.
Ya no se escuchó la voz de Jiwoong, lo único que sentió Ricky fué una fuerza arracándole la cobija del cuerpo. Fue tan fuerte que casi caía de la cama. Talló su rostro sin más, fingiendo estar recién despierto. No quería que Jiwoong sospechara algo, porque creía que probablemente vió que lo estaba mirando y ahora quería una explicación.
—¿Qué es lo que quieres? —dijo con el enojo más falso. No podía ver con claridad al pelinegro, las luces estaban apagadas y la ventana cerrada, solo pudo apreciar su alta y formada figura.
Jiwoong apoyó sus rodillas en el borde de la cama, con sus manos sujetó los tobillos de Ricky, deslizándolo por el colchón hasta quedar completamente recostado. Intentó zafarse, lanzando débiles patadas al cuerpo contrario, pero el pelinegro detuve cualquier accionar inmovilizando a Ricky con su propio cuerpo.
—A ti.
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❛SEXOMNIA❜ | RiWoong.
No Ficción" En las horas más silenciosas de la madrugada, cuando el mundo duerme profundamente, hay quienes no encuentran paz ni descanso en sus propios sueños. Para Jiwoong, las noches se habían convertido en un misterio inquietante, donde su mente parecía d...