Un Verano Diferente (Gemeliers) - 3° Temporada [EDITANDO]

Capítulo 50 "Esto nunca va a terminar" (Ultimo Capítulo)

Siento unos besos por mi cuello y me voy despertando poco a poco. Cuando me despierto me encuentro a Dani sonriendo.

-Buenos días. -Dice.

Me agarro con fuerzas el colgante que me regaló y cerrando los ojos.

-Van a venir ahora los chicos a despedirse.

-Odio las despedidas. -Me quejo.

-Y yo... Pero no me queda otra.

Le doy un beso y me levanto.

-Te espero fuera.

Asiento y sale de la habitación. Miro a mi alrededor y todo está casi vacío, voy a echar de menos estar aquí.

Me visto con algo cómodo y salgo, cuando llego a la terraza estaban todos fuera.

-Corre, vamos a hacernos fotos. -Nerea tira de mi y sale Eva con la cámara.

Nos ponemos todos en un poyete que hay y las niñas nos sentamos poniendo caras divertidas.

-Vamos niñas, que nos toca. -Álvaro llega y nos va quitando una a una mientras Eva se ríe.

Se sientan los chicos y hacen lo mismo que nosotras.

-No tenéis originalidad. -Los pica Ana.

-¿Todos juntos? -Pregunta Jesús.

Nos sentamos encima de ellos y una la hacemos normal y luego tres o cuatro haciendo algo raro.

Eva nos da el móvil de Dani y miramos las fotos. Cada uno elige una foto para subir a instagram.

-Las paso por el grupo.

Nos pasa la foto y me dedico a verlas un rato.

Se despiden Angela, Nacho, Álvaro y Ana y como siempre nos quedamos mi prima, los gemelos y yo.

Su padre va a por el coche y Eva termina de recoger algunas cosas.

-Os voy a echar de menos. -Dice Nerea.

-Tonta, tenemos skype. -Sonríe Jesús.

-Ya pero...

-Tia, que en las navidades nos vamos a ver. Vengo de Madrid.

-Os quiero. -Susurra.

Me voy a darle un abrazo y me siguen los gemelos.

-Voy a dejar esto en el coche, ayudadme.

Los gemelos ayudan a su madre y nosotras nos vamos al coche. Sus padres entran y empezamos las despedidas.

Abrazo a Jesús fuerte y empiezo a llorar.

-Te digo lo mismo Enana, en tres días nos tiene dándote por saco en la capital.

-Tonto. -Le doy un pequeño golpe en el hombro y sonrío.

Miro hacia Dani que abraza a Nerea de una manera tan bonita que me dan hasta envidia. Se separan y mi prima y yo cambiamos de gemelo.

Hago igual que Jesús, pero el me abraza muchísimo mas fuerte levantandome unos centímetros del suelo.

-Te voy a echar de menos. -Susurra.

-Pero si en tres días nos vemos. -Me río.

-¿Y que hago yo en tres días?

-Pues mira, hoy llegas, mañana organizas todo y pasado vienes a recogerme al aeropuerto.

-Me parece buena idea sí.

-¡Chicos entrad! -Grita su padre.

-¡Ya vamos! -Responde Dani.

-Ven, tengo una cosa para ti.

Se aparta un poco de mi y saca una pequeña caja y la abre, con una sonrisa.

-¿Quieres casarte conmigo? -Pregunta.

Le miro, incrédula.

-¿Como?

-Todavía no. -Se ríe. -Cuando tengamos edad para casarnos, pero si te lo pido antes, hay menos posibilidades de perderte.

-Sí, me quiero casar contigo.

Me lanzo hacia el y le beso, ay dios. Nunca pensé que esto llegaría ya, pero hasta la boda pueden pasar como cuatro o cinco años. Pero no importa, porque se que los voy a pasar con él.

Cojo el anillo y me lo pongo con muchísimo cuidado, es plateado y en el interior tiene grabado nuestras iniciales y la fecha que empezamos a salir, por primera vez. Hace algo mas de dos años.

Le abrazo con muchísimas ganas y rompo a llorar en su hombro. Mientras acaricia suavemente mi espalda.

-No llores, ¿vale?

-No puedo, esto es demasiado.

-Pero lo vamos a vivir juntos.

-Dani, te quiero muchísimo y se que esto nunca va a terminar.

Deja un dulce beso sobre mis labios y sonríe.

-Me tengo que ir. Te quiero.

Observo como se sienta en el coche y arranca.

Nos despedimos de los gemelos hasta que los perdemos de vista. Veo como mi prima llora y la abrazo.

-Es que no les voy a ver hasta el año que viene...

-O no. -Respondo divertida.

-¿Que?

-Verás... -Sonrio. -¿Te quieres venir a vivir con mi padre y conmigo?

-¿A Madrid?

-Sí, a Madrid.

-Me encantaría, pero...

-Tu madre lo sabe. -Sonrío. -Y te deja.

-¡Que nos vamos a vivir a Madrid juntas! -Exclama abrazandome.

Hay cosas que por mucho que quieras nunca cambian, personas que te cambian la vida cuando menos te lo esperas, que son tan imprescindibles que no te puedes separar de ellas.

Y yo las he encontrado, necesitaba que mi vida tuviera algo de sentido y con ellos ya lo tiene. Son esa clase de personas que te sacan una sonrisa al verte, cuando estas mal o cuando lo necesitas. Tengo la suerte de haberlas encontrado porque sin ellas no soy nada. Además que este momento no va a ser el final de nuestra relación, si no el comienzo de una gran historia.