16. ojos de cordero;

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Andrea

Finalmente me gradué como arquitecto, nunca creí siquiera que llegaría a la universidad, pero lo conseguí.

—Estoy muy orgullosa de ti —me dijo Cameron con lágrimas en los ojos.

—No es para tanto.

—Eres el primero de nosotros en tener una carrera, Andrea. Por supuesto que es para tanto —habló Alessandro.

—No es como que vaya a ejercer en algún momento.

Cameron resopló y se secó las lágrimas.

—Lo lograste y por eso estamos orgullosos —terminó mi hermano.

Después de la ceremonia, fuimos a uno de los salones de eventos de Felipe que mis hermanos habían reservado para la celebración. Insistí en que no hicieran nada demasiado grande, pero al parecer para ellos era mucho más importante que para mí y yo no entendía porqué le daban tanta importancia a una carrera.

No habían muchos invitados, más que mi familia, Gabby, Fabiana y Matteo y Dante. Matteo, Sky y Alessandro hablaban alejados de los demás mientras Dante y Cameron charlaban animadamente en una de las mesas. Gabriella y Fabiana parecían haber hecho buenas migas, lo cuál me agradaba bastante.

Yo estaba fumando fuera del lugar, viéndolos a todos interactuar.

—¿Tienes otro? —me preguntó Gianluca señalando mi cigarrillo. Estuve a nada de decirle que no, pero simplemente saqué mi cajetilla del bolsillo de mi pantalón y le ofrecí uno—. Gracias.

—Aprovecha que tus hermanos no están mirando —le advertí.

Él prendió su cigarrillo y le dio una larga calada. Nunca en mi vida creí que compartiría un momento como ese con mi hermano pequeño.

—¿Por qué no vas con Adriano? —cuestioné. Desde niños habían sido prácticamente los mejores amigos, habían crecido juntos y habían vivido demasiado juntos, al menos en verano, cuando Adriano pasaba las vacaciones en Italia, porque el resto del año estudiaba en Chicago.

—¿En serio tengo que responderte eso? —respondió sarcásticamente, casi riendo.

—Siempre ha sido tu mejor amigo.

Volteé a ver al menor de los Vittori, que estaba sentado en uno de los bancos del jardín escuchando música.

—Eso era cuando teníamos seis años, Andrea. La gente crece.

—Ya sé que la gente crece, Gian. No entiendo porqué ya no se hablan.

—Debes de ser el único aquí que todavía no tiene idea.

—¿Qué? ¿Porque es gay? —asintió, yo solo me reí—. ¿Te das cuenta que estás rodeado de homosexuales? Carlo y Giovanni, Matteo y Dante, Cameron y Sky... Por favor, Gian. Ser homofóbico en esta familia debe ser pecado.

—Ya sé que somos pocos los que somos normales pero...

—No acabas de decir eso...

—Mira, no tengo nada en su contra, pero...

—No quiero escuchar lo que venga después —lo frené serio—, no pasa nada porque seas su amigo, sigue siendo el mismo que antes de salir del armario.

—No es lo mismo cuando se te declara en un funeral, Andy.

—¿Y? Es tu amigo.

—Es incómodo saber que le gusto. ¿Por qué nadie entiende eso? —exclamó frustrado—. No quiero hablar con él. ¿Lo has visto? Me mira con ojos de cordero.

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⏰ Última actualización: Sep 17 ⏰

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in black; sapphic [EN PROCESO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora