Cada vez, es más difícil pedirle a su corazón que se calme, y a sus pensamientos que vuelvan a ordenarse.
A veces no quiere pensar en consecuencias, solo hacer, solo besar.
Nadie le mandó a fijarse en su compañero de cuarto, en su amigo, nadie le dijo "ve y enamórate". Solo fue algo que terminó haciendo.—Vamos a casa, para que te laves la cara, los dientes, y te acuestes a dormir.—Habló despacio, apachurrando a Souya contra su pecho.—Anda mi niño.
El chico entre sus brazos se apegó a esa rudeza, había encontrado comodidad en él. El olor a nostalgia; el olor de su amigo resultaba ser sanador, mágico si se ponía a divagar.
Disfrutaba de el momento, antes de ser apartado y tomado por las mejillas, curioso de qué le harían, sumiso a cualquier cosa que resultó en un beso prolongado sobre su frente.—Si no bajamos ahora, te besaré en los labios— sonrió, con su característica amenaza.
Souya se tardó más de lo normal en bajar, dándose cuenta que Hakkai no cumplía con su palabra. En el fondo, quiso conocer ese beso.
Los dos jóvenes fueron hasta su departamento, tomándose de las manos, bostezando y con el ruido de las llaves acompañándolos.Al entrar, lo primero que los recibió fue la televisión encendida, el olor a canela y el calorcito de estar en su lugar favorito. Souya dejó conducirse por sus pies, arrojando los zapatos, queriendo solo echarse en su cama.
Pero no debía hacerlo con el uniforme sucio.—Tengo hambre, sueño, tareas...— hablaba, cuando evidentemente, ya no haría otra cosa más que dormir.
—Váyase a lavar los dientes y darse una ducha— repitió.—No, en serio. Es para que se te baje la fiebre.
Él estaba más que exhausto, cabeceando de pie. Comenzó a ladearse, a usar la pared como soporte antes de ser ayudado por Hakkai.
—Es que quiero dormir—se quedó cabizbajo. Se alteró un poco al sentir que lo cargaban, y por instinto se abrazó al cuello de Hakkai.—Bájame, si puedo solo.
—Te llevaré al baño— dicho y hecho, siguió caminando con cautela, para no golpear a alguno de los gatitos con ganas de jugar.—Bien, quítate la ropa. Voy a buscarte algo limpio.
Souya ya no pudo negarse. Esperó a estar solo para desnudarse, cerrando la puerta pero sin tomar en cuenta ponerle seguro. Se metió a la tina, llenándola y quedándose casi dormido en ella, gozando del agua tibia en contacto con su piel caliente. Veía el agua subir, recién cubriendo la mitad de sus piernas.
—¿Puedo?— Hakkai abrió la puerta antes de pedir permiso. —Oh menos mal, ya estás en la tina.
—Me dijiste que me diera un baño...— susurró, recuperándose con lentitud. Al menos, sabía que no se podía dormir de verdad, o moriría ahogado (en su mente extremista).— Me siento débil...— abrazó sus piernas, apoyando el mentón sobre sus rodillas mojadas.
Souya estaba cohibido de ser visto desnudo por su compañero. Por mucho que hayan ido a baños públicos, que se conocieran el torso desnudo, seguía existiendo una diferencia, aún mayor si tomaban en cuenta los sentimientos que sentía uno por el otro.
Mostrarse vulnerable frente a Hakkai, el hombre que gustaba de él, estaba carcomiendo su cabeza. Deseaba correrlo del baño, y a su vez, tenía ansias de tenerlo cerca.—¿Puedes solo?— dejó la ropa limpia sobre el lavabo, acercando la toalla.—Tengo miedo con que te resbales.
—Está bien, puedo solo — afirmó, mirando sus propios pies. Un efímero rubor apareció en sus mofletes.—Gracias, Hakkai.
—No te mojes ya el cabello— aconsejó, acercando sus dedos hasta la mejilla de Souya, atrapando su carne tibia entre estos—Tampoco tardes demasiado.
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Viviendo juntos|| HakkaSou
FanfictionHakkai tiene algo en común con Souya, el hecho de que ambos son los hermanos menores y han vivido consentidos durante gran parte de su vida. Y ahora que necesitan independizarse, no pueden lidiar con la repleta soledad, así que por conveniencia, dec...