𝘓𝘰𝘷𝘦 𝘈𝘨𝘢𝘪𝘯 • Gongfourz

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Después de aquel incidente que ocurrió hace un mes atrás, el "Amor" quedó completamente enterrado como tema de conversación entre taesan y leehan. Taesan entendió al instante que algo había pasado con el contrario y aunque quería saber qué, respetaba al pelirubio guardándose sus preguntas para el mismo y así, con estas, martillar su cabeza por las noches dejándolo sin dormir.

Aún así, ese mes transcurrió de manera tranquila, donde los martes y además de los días viernes, taesan esperaba por leehan para ir juntos hacia sus clases, como había mencionado la profesora esa primera vez que les comentaron sobre la "fusión" de carreras, las mismas no fueron afectadas en su desarrollo y todo siguió a la normalidad.

"Normalidad", esa palabra pasaba seguido por la mente de taesan, y es que esa rutina ya se hizo normal para el, como también que su corazón en vez de sentirse nervioso y acelerado cada vez que se paraba frente al campo de visión de leehan, ahora ese mismo corazón ansiaba estar frente al pelirubio, ansiaba verlo, ansiaba escucharlo y ansiaba esos toques sutiles de hombros que se daban al caminar por no saber hacerlo en una línea completamente recta. Taesan no era tonto, o al menos no tanto como jaehyun decía que el era, obviamente burlándose. Taesan sabía que a pesar de aquella normalidad que empezaba a crecer en el con respecto a leehan, sabía qué, justamente, no era algo que tendría que ser normal, no en algo como lo que taesan y leehan tenían, no en algo que no va más allá de Vecinos y compañeros de clase, no.
El entendía sus sentimientos y lo que dicha sensación de habitualidad quería expresar, y lo supo desde ese momento en que no quería ver a Leehan llorar.

Taesan, algo sentía. Y ese algo se trata de qué gusta de Kim Leehan, de su compañero de clases, de su vecino que no para de escuchar canciones tristes un par de veces a la semana a todo volumen y no lo dejan dormir. De ese chico rubio que le pide, ahora sin vergüenza, a su madre que le traiga croissants rellenos de chocolate, de ese chico que desde hace poco empezó a golpear su puerta por las tardes para pedirle salir a caminar, juntos, solo ellos dos.

Así es como se habían acercado ese último mes, algo sorprendente hasta para el mismo taesan. Pero el conocer por casualidad a leehan había sido su punto de restauración, una restauración que no tenía una última copia de seguridad realizada. Tenía miedo de admitir que aquella persona que estaba buscando, se trata de Kim Leehan.

Porque a pesar de reconocer sus sentimientos, algo de él perduraba en que era demasiado pronto para permitirse sentir algo. El corazón es libre y así como lo es puede resultar herido a causa de esa libertad sin precaución. Es por eso que decidió ir a paso lento, muy lento, al menos hasta estar seguro, no solo de sus propios sentimientos, sino que de los del contrario quien parecía evitar el amor a toda costa.
Taesan lo comprendía y no iba a presionarlo, en lo absoluto, hasta lo esperaría.

—Hasta sacrificaría mi tiempo con tal de esperarlo, aún si creo que es demasiado pronto para sentir algo.

El pelinegro realizó que dijo aquello en voz alta y no en su subconsciente como venía pensando. Sintiendo la cara caliente y las extremidades adormecidas se espabiló hasta que su nuca chocó contra el borde del sillón.

—¿Y ahora que le pasa a este?

Escucho la voz de woonhak a lo lejos junto con el ruido de lo que parecía ser un videojuego, uno que el menor estaba jugando y no sacaba sus ojos del televisor.

—Ni idea, desde que termino la tercera lata de cerveza esta diciendo cualquier cosa cursi.

En ese momento taesan abrió los ojos, su vista tardo en enfocar a riwoo sentado en su sillón con un paquete de snacks sobre sus piernas y su atención focalizada en su celular.

—Antes de que digas algo es jueves a la madrugada, venimos ayer, miércoles, con woonhak porqué nos decías que eramos malos amigos por no venir a visitarte a tu nuevo departamento etcétera, traje unas cervezas, empezaste a tomar y tu poca resistencia te llevo a esto. ¿Entendiste o me salte algo?