Parte 8

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Jon sólo podía mirar a Parlax y Glaegar desde atrás, mientras volaba en la espalda de Shapira a la que le costaba seguirle el ritmo al gran dragón dorado.

-¿Cómo lo llevas Saphira?

-Por una parte estoy contenta de no ser el último dragón vivo, pero por otra me arde la sangre al ver que soy inferior a él.

- Bueno, prácticamente eres una recién nacida con un año de experiencia vital, y el el un archí-dragón que lleva vivo desde los tiempos de Valyria.

-Se lo que quieres decir, pero no puedo evitarlo, quiero ser como él. Quiero tener unas patas delanteras poderosas capaces de despedazar todo, quiero que mis escamas reluzcan como las estrellas, quiero que mis cuernos me adornen la cabeza como una corona, lo quiero todo.

El vínculo de Jon con Saphira era fuerte, tan fuerte que podía sentir las ansias de Saphira como si fueran suyas, no podía negar que quería ser como Parlax. Ese jinete en su breve interacción había demostrado una gran presencia y poder que lo había hecho sentir como una pobre imitación.

Jon no era iluso, tras años de abusos por ser un bastardo había arraigado en él un sentimiento de inferioridad muy profundo que solo podía librarse cuando Saphira le recordaba lo especial que eran ellos dos.

-Te entiendo, cuando me quiero comparar a él es como mirar a un niño con un palo peleando con un caballero.

-Es frustrante, pense que eramos la dragona y jinete más impresionantes de la historia, yo un dragón nacido de un huevo abandonado en unas criptas derruidas de una fortaleza en las tierras del norte, y tú, un príncipe secuestrado de bebé por su tío para criarlo como su bastardo sufriendo abusos de su madrastra y soldados no mejores que matones, nos reunimos por obra del destino y viajamos hasta las tierras del eterno invierno donde recibimos las enseñanzas de un pariente tuyo centenario, solo para ir hasta el otro extremo del mundo encontrar un templo antiguo y al final encontrar un jinete y su dragón en las ruinas malditas donde su linaje empezó.

-Sabes, si un día empiezan a escribir nuestra quiero que empiece así.

-Por favor, se necesitaría como tres páginas para poder describir la magnitud de mi belleza, sin contar con mi fuerza y mi gran aliento de fuego.

-jajaja, tienes razón.

Solo necesitaban esto, una pequeña charla entre ellos y podían quitarse las preocupaciones que el mundo podía lanzarles.

-Estad atentos  y volad más rápido.  

Parlax se comunicó con ellos a través de la mente.

Un gran muro de niebla gris se elevaba en el horizonte extendiéndose hacia los cielos fusionándose con las nubes y horizontalmente hasta perderse en el horizonte.

-¿Qué es esto? 

Jon estaba maravillado y aterrado ante la visión que tenía frente a él, parecía como si el mundo se crease y acabase en este punto.

-Pequeño, no se por que, pero esto se me hace tener un sentimiento familiar y cómodo.

-Este es el muro el Muro de Hrimthurs y Svaðilfari, fue creado por el  primer gigante que se hizo jinete y su dragón, fue hecho para proteger a todas las razas mágicas de los horrores del mundo exterior.

-¡Un Gigante fue jinete de dragón!,¿cómo es eso posible?

-Tenéis mucho que aprender sobre nuestra cultura. Voy a abrir un hueco en el muro para entrar, seguidme de manera rápida.

Jon y Shapira no dijeron nada más, solo se centraron en entrar nada más abrir  el hueco.

Parlax se puso a cantar en un idioma extraño y Glaegar a rugir a intervalos: Jon solo pudo notar algunas palabras en Valyrio sueltas en su canto por lo que no pudo entender gran cosa.

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⏰ Última actualización: 11 hours ago ⏰

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El regreso de la estirpe perdidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora