•El amor a veces es la peor de las maldiciones•
Una historia Omega-verse sobre satoru y suguru. Universo sin maldiciones ni hechicería.
Hay ships secundarios a lo largo de la trama aunque no los profundizaré mucho para centrarnos en nuestros protago...
Han pasado 3 semanas. Casi un mes. ¡¡Y SUGURU AÚN NO ACEPTA SER MI NOVIO!!
Mi abuela y mi madre me han dejado tranquilo este tiempo pero... Suguru me está sacando de quicio.
Se lo pido una y otra vez, pero el dice que aun no está preparado y que prefiere mantenerse como "Amigos con derechos"
...
¡¡AMIGOS CON DERECHOS!! No se como hacer para que acepte estar finalmente conmigo, no me permite dejar marcas visibles pero si me permite besarlo en cualquier lugar o momento. Imagínense esta situación.
Estamos en los vestidores solos mientras todos están jugando en la clase de deporte.
- Sat...oru espera... - Jadeó el omega. Paré de besar su cuello para mirarlo. - Vamos, Suguru, déjame seguir... - Intenté convencerlo nuevamente. - No.. Estamos en la escuela y- - Entonces vamos a mi casa, ahí no habrá nadie además de tu y yo. - Mi tono era firme pero para sorpresa de nadie el peli negro seguía negándose una y otra y otra... y otra vez.
Eso pasó hace unos días, Suguru no me deja ir más allá que solo unos besos y eso me está empezando a irritar. Se que le gusto y el me gusta, ¡¿Qué hay de malo en hacernos novios de una vez por todas?! Hoy lo intentaré de nuevo, iré a su casa y si es necesario me pondré de rodillas para que acepte ser mi novio.
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Lo tenía todo, el cartel, las flores, los chocolates.
Me dispuse a tocar la puerta y abrió.. ¡¿AMANAI?! Una alfa que me caía de lo peor. Yo la odio y ella me odia a mi, desde pequeños somos enemigos por nuestras familias.
- ¿Donde está Suguru y que haces en su casa?. - La empujé a un lado para pasar. Ni siquiera se molestó en responder.
- Sugu- El omega estaba en el sofá con no mucha ropa y esa poca ropa estaba desordenada. - Sa- Satoru, no, no es lo que piensas -Se levantó rápidamente acomodando su ropa. Miré hacia atrás y ahí estaba la estúpida de Amanai sonriendo como si hubiera ganado la guerra.
No quería ningún tipo de explicación o alguna excusa, simplemente salí de la casa empujando a Amanai nuevamente.
- Satoru, ¡No! ¡Espera! - Antes de seguir le susurró algo a Amanai y luego cerró la puerta. - Satoru, por favor... ¡Escúchame!
- ¿Qué quieres que escuche Suguru.? - Estaba frustrado y no quería lidiar con excusas estúpidas.
- Se qué estas pensando y ¡No! No estoy con Amanai ni nada por el estilo, ella.. miró unas marcas en mi cuello y empezó a interrogarme y-
- Suguru basta. - Quiero evitar este tipo de discusiones estúpidas.
