Capítulo 13 Primera Cita

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No me quiero levantar…

Es lo primero que se me viene a la mente cuando escucho el bis- bis, del despertador, pero lo que me termina de espantar el sueño es una caricia en mi mejilla, pero no me molesto, porque conozco la mano que me acaricia, esa que por trece años me ha cuidado

-Si no te levantas—dice con malicia—te voy a dejar sin panqueques—dice con una voz macabra

Abro un ojo y lo miro, Lían me ve con burla, pero es la verdad, Marcel y yo trabajamos como locos ayer por culpa de Greisen, ya que como al Árbol decidió hacernos “visitas”, nosotros pagamos el plato roto, literalmente tuvimos que rearmar todo el plan de seguridad, los vigías, los campos de energía, los pergaminos, un reconteo de las armas etc.

Y el animal que tengo al frente, decido desaparecer todo el día de ayer, solo regreso para leer los informes que ya estaban listos (yo los escribí junto con Marcel, duramos 3 horas escribiendo) para que él llegue muy feliz a “leer”, casi lo matamos entre los dos, pero Lían es Lían, solo nos dio un chocolate caliente con malvaviscos y galletas con chocolate, para luego contarnos donde estaba y como le fue en su misión

Y ahora me está viendo con cara de que se va a comer mis panqueques (el los hiso y déjenme decirle que cocina mejor que cualquier chef profesional) yo a este lo mato

-Lían—digo con sueño—tengo sueño—digo la pura verdad

Él se ríe, pero solo me apretar la mejilla, me quejo por el dolor
-No seas perezosa además te dejaron esto en la puerta—dice esto último con asco

Me levanto poco a poco hasta quedar sentada y es que veo que en su pierna izquierda esta una caja con una rosa roja y una nota, me arrimo a la orilla de la cama y tomo la caja con la nota y la rosa, lían me ve con burla, y me hace señas que lea la nota en voz alta

-Mi querida flor, te escribo esta carta para invitarte a una cita hoy a las 8:30, para hablar y conocernos, en la caja te dejo un pequeño detalle para que lo uses en nuestra primera cita, espero te guste…te espero con amor
C.N

Y como cosa rara en Lían, suelta la carcajada del año

-¡Que cursi!—dice aguantando las ganas de seguirse riendo—haber abre la caja

Le hago caso, pero lo que hay adentro me deja sin palabra

Es un sujetador de orquídea

Siempre quise uno, Lían ve el prendedor con una ceja alzada, porque el mejor que nadie sabe que a mí me gustan las orquídeas, me mira a mí y luego a la orquídea, la verda, no se  qué decir por tan bello regalo, Lían quita su mirada de mí y da un largo suspiro

-Bueno se nota que está interesado en ti—dice mientras se levanta—ahora vas a comer tu panqueques o voy a la habitación de Marcel y le digo que se los coma—dice con un poco de molestia

Coloco la Orquídea otra vez en su caja y la coloco en la cama, me levanto y camino a donde está parado, me le colocó al frente y este me mira con una ceja alzada

-Sabes que necesito tu opinión—digo con sinceridad—tu prácticamente me criaste desde que tengo cinco años—digo viéndolo a los ojos, estos por alguna razón están fríos—por favor dime

Se queda callado detallando mi rostro, solo para luego quitar esa expresión fría y sonreírme como siempre lo hace

-Pequeña, no tengo problema con que salgas con el—dice para luego alzar su mano y ponerla sobre mi cabeza—solo ten cuidado ¿sí?

Le sonrió y asiento

-Bueno ya con eso resuelto—me despeina—ve a darte un baño son las seis así que puedes ir arreglándote—dice mientras camina hacia la puerta de mi habitación—y no vallas en uniforme—dice en la puerta—ve en vestido

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